domingo, 21 de abril de 2013

Cortesanos de una Monarquía opaca

La dinastía hispánica que más tiempo ha permanecido en el poder ha sido la Omeya, la del emirato y luego califato de Córdoba, doscientos setenta y cinco años (del 756 al 1031).
La segunda dinastía reinante en años de Gobierno de nuestra historia ha sido la Nazarí de Granada, doscientos sesenta y un años (1238-1492).
Los Borbones españoles sobre suelo hispano ocupan inmediatamente después la tercera plaza con doscientos cincuenta y seis años (1701-2013), en este caso descontando los periodos en que su mantenimiento en el trono se interrumpe (la guerra de la Independencia 1808-1814, el sexenio democrático 1868-1874 y la segunda República y Franco 1931-1975).
Mezquita de Córdoba (España).
Hay que reconocer el hallazgo anterior, más que un dato anecdótico, a Pedro Martínez Montávez, maestro de un ramillete de arabistas y de docenas de licenciados en árabe no arabistas que animamos todo tipo de paisajes, profesiones y cafeterías de estaciones de autobús.
Volviendo a las dinastías, los idealizados Trastámara se quedan en ciento cincuenta años (1369-1516); y los Austrias hispanos ciento ochenta y cuatro años (1516-1700).
Y esto sin contar dinastías truncadas o de futuro aún desconocido, como la dinastía de los Aznar-Botella, doce años, dos en la Presidencia de Castilla y León (1987-1989), ocho en el Gobierno central (1996-2004) y dos en el Ayuntamiento de Madrid (2011-2013); y la hasta hoy truncada dinastía Suárez, iniciada por Adolfo padre en la presidencia del Gobierno durante cinco años (1976-1981), aunque su hijo no pudo continuar la saga por tierras manchegas al perder las elecciones autonómicas de 2003 frente a José Bono.
Siendo honesto con Montávez, él menciona este asunto de las dinastías con una clara intención de mostrar la profundidad de Al Ándalus en nuestra historia, largo periodo compartido por árabes e hispanos y perteneciente a ambos.
Pero también se puede ir más allá y sacar como conclusión de lo anterior que todos somos contingentes, como decía José Luis Cuerda en Amanece que no es poco.
La historia es convulsa, todas las dinastías han nacido en algún momento y en otro acaban, a menudo transforman el apellido por pronunciaciones más locales que no delaten otro origen, y claramente hoy se está poniendo difícil el puesto de trabajo indefinido y vitalicio.
Al rey Juan Carlos hay que reconocerle durante el comienzo de su reinado una habilidad política indudable, esa capacidad de saber leer el momento y adelantarse en cierto modo a los acontecimientos, incluido el fichaje de Suárez y su despido fulminante cuando ya no le era útil.
Sin duda, los ejemplos de su cuñado Constantino (II) y de su abuelo Alfonso (XIII, qué bien acompañan los números romanos que extraña Maruja Torres en el Papa Francisco), ambos perdiendo la corona por amparar golpes de Estado, le han servido durante una larga fase para no cometer excesivos errores.
Y si los cometió no nos hemos enterado. Porque en esta monarquía sin Corte todo el país se había convertido en cortesano, y tapaba los excesos y a veces hasta reía su aparente querencia hacia animales de diverso pelaje.
La actualidad nos ofrece hoy raciones diarias de basura y corrupción que tienen su influencia aunque el CIS haya dejado de preguntar sobre la Monarquía.
Y dos conceptos que merecen reflexión y que nos pueden llevar más lejos del paseíllo ante los tribunales: la responsabilidad y la transparencia.

Responsabilidad

"La persona del rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad", dice la Constitución de 1978.
Artículo 64: "Los actos del Rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno y, en su caso, por los Ministros competentes (...). De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden".
Hasta aquí las citas. Cuidado a quienes refrenden. Y no puede haber agujeros en la responsabilidad.

Transparencia

La transparencia y el dinero van de la mano. La Casa Real nos cuenta en su web que tiene un presupuesto anual de 7,9 millones de euros, de donde se paga al Rey una nómina que cuadruplica el sueldo del presidente del Gobierno y al Príncipe la suya que lo duplica.
Si se quiere transparencia, además de en las cuentas de la Casa del Rey, hay que poner los focos también en otros dos sitios.
Sala de oficiales de la Guardia Mora de Franco en el cuartel
de la Guardia Real.  No lejos guardan un Mercedes de seis
ruedas regalo de Hitler a su colega residente en El Pardo.
Patrimonio Nacional: organismo público responsable de los bienes de titularidad del Estado que proceden del legado de la Corona española. La familia real no es propietaria de inmuebles, por tanto sus 1.400 trabajadores y 117 millones de presupuesto en 2012 se destinan al cuidado y servicio del patrimonio histórico y no tan histórico que utiliza la familia. El organismo no desglosa en su presupuesto entre el coste del Palacio Real de Madrid y la Zarzuela, por ejemplo.
Guardia Real: unidad militar al servicio de la Corona, con tareas principalmente protocolarias. 1.600 militares de los tres ejércitos y un coste que ronda los 45 millones de euros al año.
¿Quién paga la factura si se estropea la lavadora del Príncipe de Asturias, de la comida de la hermana de la reina Sofía o del gasóleo del yate Fortuna? Probablemente Patrimonio.

Biografías

Poco aprecian a los españoles quienes piensan que cualquier cambio puede hacer caer el edifico, ya sea la reforma del Senado, de la Constitución o de la Monarquía. En estos momentos el peligro viene del inmovilismo. Y parecen ignorar que ni el jefe del Estado, ni el presidente del Gobierno, ni el secretario general del PSOE controlan hoy los tiempos del país ni los suyos propios.
Probablemente las generaciones que protagonizaron la Transición y que aún siguen en el poder (el ministro de Exteriores Margallo era en 1977 diputado por Melilla; y el presidente del Congreso Jesús Posada, gobernador civil de Huelva) ni pueden ni quieren transformar el edifico que han construido y que consideran su obra vital.
En muchas ocasiones, las declaraciones y actuaciones de las élites gobernantes -no sólo políticas- no defienden lo mejor para los españoles, sino su biografía.

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La fecha de mi nacimiento está más cerca de la Segunda Guerra Mundial que la de mi hija del 23-F.

Sugerencias


miércoles, 10 de abril de 2013

Súper Community Manager, con un 33% de discapacidad

Si te dedicas a la Comunicación tienes que entrar en el mundo digital. Y en ese pantano ha germinado la figura profesional del Community Manager, estrella emergente de la Comunicación Corporativa.
Curiosamente una asociación con prestigio en el sector (AERCO-PSM) huye de esta denominación inglesa y lleva hasta en su nombre “responsables de comunidad”, que a mí me sugiere la figura del presidente de la comunidad de vecinos.
¿Y qué es un community manager? Pues el profesional que maneja las relaciones externas de una marca o empresa en el ámbito digital, en las redes y medios sociales; es el responsable de la imagen digital de una compañía.
Hasta aquí casi todo el mundo de acuerdo, porque más allá entramos en la niebla de sus funciones y el perfil requerido, y podemos encontrar unas veces a un superhéroe experto en mil disciplinas (comunicación, tecnologías, marketing, derecho, psicología y diplomacia, estos dos últimos los menciono por molestar); otras a un lector y escritor de mensajes; a veces a a un friki digital.

Oferta de empleo real de abril de 2013

Población: Madrid.  Puesto vacante: Community Manager. Categorías: Marketing y comunicación - Comunicación corporativa. Descripción de la oferta: Escuela de Formación necesita para su delegación en Madrid un/a Community Manager.
Se ofrece: contrato fijo discontinuo. Jornada parcial. Trabajo 4 meses al año hasta un máximo de tres años. Estudios mínimos: Bachillerato. Experiencia mínima: Al menos 1 año.
Requisitos mínimos: será necesario disponer de un Certificado de Discapacidad de al menos el 33%.
Se requieren nociones de posicionamiento web, conocimiento desde la arquitectura de la web hasta la preparación de la misma para SEO, teniendo en cuenta el contenido y la información que se transmite a través de las redes sociales y cómo esto afecta al posicionamiento en buscadores. Capacidad para diseñar páginas Web con buena usabilidad orientadas al usuario/a. Conocimientos de Analítica Web. Capacidad de gestión, comunicación y difusión de contenidos para construir una comunidad. Capacidad para proponer acciones de Marketing que incrementen el tráfico a los blog y páginas web previamente definidos. Capacidad para proponer estrategias de Social Media.
Salario:  6.000 € Bruto/año″.
En síntesis: la supuesta Escuela de Formación busca a Leonardo da Vinci, con estudios de Bachillerato, experiencia laboral y 6.000 eurillos al año. Y discapacitado. Digo supuesta porque no hay que descartar que los portales y servicios de empleo, visto el panorama, estén aprovechando la coyuntura para engordar sus bases de datos y se inventen a veces las ofertas que publicitan.


Nativo digital 

La primera vez que me encontré con la expresión nativo digital creí que se refería a haber nacido dentro de un PC, como Tony Leblanc nació dentro del Museo del Prado. Afortunadamente equivale a cierta familiaridad con el entorno, que el lugar de nacimiento es algo bastante aleatorio.
De mi paso por la Universidad Autónoma de Madrid recuerdo una puerta siempre cerrada, en el piso menos uno, con un logo (isotipo) extraño parecido al de peligro nuclear: era el laboratorio de informática. Nunca entré y juraría que quienes cruzaban el umbral llevaban bata blanca y unas tarjetas de cartón con agujeros.
La mezcla de admiración y recelo que provocaba aquella puerta creo que se produce hoy con la figura del community manager, una necesidad imperiosa para cualquiera que se precie de vivir en el planeta y una indefinición propia de su novedad, el chamán de la tribu que opera en un mundo tan atractivo como desconocido.

Los jueves, milagro

¿Qué no es el community manager? No es el director del departamento de Comunicación (dircom), tampoco el director de Márketing, no procede de FP electrónica, no es Leonardo da Vinci, no es el vecino más simpático de su escalera.
La Comunicación siempre ha tenido algo de mala conciencia en el mundo de la empresa por aquello de trabajar con intangibles, reputación, resultados a medio y largo plazo, historias poco concretables económicamente. Por eso se inventó esa milonga del valor equivalente de publicidad, un falso cálculo de la información publicada como si fuera espacio pagado.
Lo que ha ocurrido ahora y es novedoso es que cualquier movimiento en el planeta digital deja huella y se puede registrar. Y entonces para justificar su labor y darle una apariencia empresarial el profesional de la comunicación hace hoy un acopio de métricas, datos, seguimientos, indicadores, visitas, digno de un Nobel en matemáticas.

Epílogo

¿Dónde hay que firmar para asegurarse un 77% de capacidad? Todos somos discapacitados, decía alguien y es cierto. Certificar ciertas minusvalías ya me parece más difícil.

Los norteamericanos de EE.UU. son únicos para convertir la actualidad en arte pop, a lo que sumamos la moda de transformar en infografía todo lo que vuela (hay también mucho diseñador gráfico en paro). Aquí dejo un par de enlaces con distintos perfiles infográficos sobre los superpoderes del nuevo superhéroe de la Comunicación, el community manager, y todo por 6.000 euros al año, brutos. Los héroes a secas creo que se quedan en 3.000. Los profesionales normales trabajan gratis, o eso pretenden.

Hay que ser muy hombre para mirar como un perro, dejó escrito en algún sitio Umbral, antes de perder la cabeza.

Sugerencias

miércoles, 3 de abril de 2013

Abuso de poder

Está claro que se puede ser cura y no pederasta, y se puede ser militar y no torturar, la inmensa mayoría no actúan así. Se trata de dos colectivos de tal amplitud que las generalizaciones en positivo o en negativo deberían estar prohibidas por prudencia estadística, en 18.000 curas o 135.000 militares hay de todo, incluso delincuentes.
Pero la tolerancia sólo puede ser cero para quienes confiamos la educación de nuestros hijos, nuestros miedos o el monopolio de la violencia. Si no se puede evitar la comisión del delito -como sería exigible-, sí debiera existir tal cúmulo de filtros y cortocircuitos que ante un caso de este tipo al minuto siguiente saltaran todas las alarmas.
Afortunadamente para nosotros, en España, Europa y mundo anglosajón (el término Occidente despista) juzgamos a cada uno de los nuestros por lo que hace, a diferencia de lo que suele ocurrir con árabes y musulmanes, a quienes juzgamos en grupo y por lo que son, y en su caso un delito o actuación negativa representa a toda la comunidad.
El pasado 17 de marzo El País difundió un vídeo que muestra torturas infligidas por soldados españoles a iraquíes a comienzos de 2004 en Irak. Hace nueve años. La reacción más habitual ha sido preguntarse por el momento de su difusión, por qué ahora, a quién beneficia y cuidado con no generalizar, incluso aparecen rencillas entre periodistas, sobrevolando todo el mundo la extrema gravedad del suceso.
Se cumplen 10 años de la participación de España en la coalición de apoyo a la invasión de Irak, cuando nuestros responsables políticos confundieron jugar en primera división internacional con meter al país, y a los militares, en una guerra justificada con engaños e ilegal.
Primero, Irak: no es decente hablar de la invasión de Irak obviando a los iraquíes, debatir sobre geopolítica sin mencionar a los muertos. ¿Cuántos? 109.000 documentados por el Pentágono entre 2003 y 2009, conocidos gracias a Wikileaks. Súmense los no documentados y las condiciones de vida destrozadas por la invasión que aún hoy no ha recuperado los niveles del dictador, lo que también provoca muertes (sanidad, alimentación, agua); situación extrañamente compatible con una producción de 2,6 millones de barriles de petróleo diarios. Si pusiéramos en fila una estimación moderada de iraquíes muertos por la invasión del país en el arcén de la N-II llegaría de Madrid a Zaragoza. Todos evitables, todos con nombre y apellidos, con esposa, padres, hijos, vecinos, suegra y algunos incluso con hipoteca.
Segundo, la guerra. El artículo 2.4 de la Carta de las Naciones Unidas afirma que “los Miembros de la Organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas”. Desde 1945 la guerra está prohibida, salvo en legítima defensa. La misión principal hoy de cualquier ejército civilizado y de cualquier ministerio de Defensa es evitarla. No ocurrió así en 2003.
Está bien un nivel medio de mitificación de la guerra por si nos toca defendernos de una agresión externa, pero sin olvidar en el fondo que una confrontación bélica implica el caos y la matanza de otras personas. Sorprende la ligereza con la que se habla de la guerra, inadmisible hasta en el caso hipotético de un corresponsal en campaña promocional de su libro.
Fernando Botero, "Abú Ghraib 60".
Las torturas conocidas gracias a El País ocurrieron porque España participó en la invasión de Irak, y por supuesto no pudo escapar, sino que fue parte, de la ruptura de la ley que supone una situación de este tipo. En las guerras se mata a los civiles, se viola a las mujeres, se tortura, se profana a los cadáveres, se graba todo o fotografía con el teléfono móvil y se roba a manos llenas al amparo de la defensa de valores excelsos.
Las guerras hay que evitarlas, no inventarlas, y si caes en una, blindarte legalmente y ser consciente de que acabas de entrar en la sinrazón que permite acabar con la vida de los demás.
Hace 15 días El País publicó lo que parecen ser pruebas de militares españoles torturando a iraquíes. El Ministerio de Defensa y el Ejército de Tierra ya llegan tarde para ofrecer todo tipo de explicaciones y que los autores paguen el delito.
La Base Naval de Rota ha duplicado su capacidad de atraque desde el año 2007, con una confusión entre OTAN y EE.UU en la justificación de las obras muy similar a lo que ocurre con el escudo antimisiles.
Precisamente durante estas semanas se encuentra en trámite parlamentario la reforma del convenio de Defensa entre España y EE.UU., ha pasado por el Congreso, va hacia el Senado, con una indiferencia entre la opinión pública que debería de hacer pensar a los parlamentarios. Detrás de la reforma está la participación de Rota en el escudo antimisiles de EE.UU. Las últimas amenazas de Corea del Norte darán nuevos y falsos argumentos para justificar una de las decisiones más importantes de política exterior de los últimos años, no explicada por el anterior Gobierno ni por el actual.
Dentro de las noticias probables y no confirmadas se encuentra que Francia puede reducir sensiblemente su presupuesto de Defensa y el número de militares; y que el Ministerio de Defensa, el nuestro, no tardará en pedir-conseguir 1.000 millones de euros con aparente destino a contratos de armamento (en 2012 se aprobó un crédito extraordinario de 1.800 millones a mitad de ejercicio, una subida del 28% en el presupuesto inicial del Ministerio), lo que no puede generar más que confusión sobre las cuentas de Defensa y dudas de por qué Alemania, Reino Unido o Francia están renegociando contratos y España no, o aún no.
Frente a la confusión, voluntaria o accidental, se agradece la aparición de informes como el elaborado por Bernardo Navazo para la Fundación Alternativas sobre el impacto y la necesaria reacción de la Defensa ante la crisis económica. Pone sobre la mesa los suficientes datos, actuaciones de países cercanos y elementos para el debate y el análisis que justifican su lectura incluso sin tener en cuenta la reacción que ha provocado entre buena parte de un ámbito político y económico poco dado a la autocrítica, un atractivo más.
Sebastián Terraga, "Guantánamo Fashion".
Defensa creará una gran centro de I+D+i con el INTA y La Marañosa, lo que parece una decisión razonable.
Los aviones sin piloto siguen volando, y Obama da un paso y asegura que no empleará drones para atacar a ciudadanos en EE UU.
Y finalmente parece que ahora descubrimos el papel de los lobbies y de los intermediarios en los grandes contratos internacionales, que en todos los casos actúan a comisión. No es criticable esa función, quizá lo pueda ser las formas y la personalidad de algunos que dedican buena parte de su tiempo y esfuerzo a estas tareas. El pasado idealizado ya no va a poder tapar comportamientos dudosos.
Enhorabuena a la Revista Española de Defensa por su 25 aniversario, editada por el Ministerio de Defensa y sin duda lo mejor de entre la veintena de publicaciones periódicas que financia esa casa.

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