martes, 17 de diciembre de 2013

Morenés: "Europa tiene que entender que ya no sirve el poder débil"

  • El jueves se reúnen en Bruselas los jefes de Estado de los 28 para avanzar en Defensa
  • España quiere tiempo para blindar la industria de armamento
Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
“Tenemos que ser responsables de nuestra seguridad; el riesgo y la amenaza existen”. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, abogó anoche en Madrid por la apuesta de la Unión Europea por “una defensa creíble” como respuesta a un escenario estratégico en el que proliferan las amenazas. En su opinión la ribera sur del Mediterráneo, en referencia a las denominadas primaveras árabes, presenta “enormes problemas de estabilidad interna”; la crisis de Siria, que en septiembre derivó en un acuerdo para la desactivación de su arsenal químico, para el ministro supuso la incapacidad de Occidente para resolver el conflicto, y en cambio “Rusia, China e Irán salieron reforzados”. Morenés mencionó también como amenazante el incremento del gasto en defensa de países emergentes, circunstancia que considera que tendrá consecuencias preocupantes a medio plazo.
Imagen del acto público de presentación del número dedicado
a Defensa de la revista Política Exterior (Foto: Carlos PND).
Ante este panorama, “Europa tiene que entender que ya no sirve el poder débil de 2003”, en alusión a la supuesta forma diferente de afrontar las crisis internacionales desde EE.UU y Europa, el primero con la fuerza militar –poder duro- y la segunda a través de la diplomacia o la cooperación –poder blando-, según la terminología puesta en marcha hace década y media por el politólogo norteamericano Joseph Nye.
Para el ministro de Defensa la situación internacional es mucho más amenazante hoy que en aquel año en el que la UE aprobó su Estrategia Europea de Seguridad con el impulso del español Javier Solana como responsable de esa política. “En 2003 la Estrategia empezaba así: ‘Europa no ha sido nunca tan próspera, tan segura ni tan libre’; sólo han tenido que pasar diez años para que no sea tan próspera, no sea tan segura y aunque siga siendo libre las dificultades económicas y la inseguridad hacen que esos maravillosos sueños de libertad estén ya amenazados de manera importante”.
Ante ese documento aún en vigor y desfasado por los acontecimientos, Morenés considera que “es fundamental que Europa defina una (nueva) estrategia de defensa teniendo en cuenta la realidad del mundo que estamos viviendo, no vale teorizar”. Una vez definido el nivel de ambición de la UE en defensa, vendría el tema de las capacidades militares y en tercer lugar las decisiones que afectaran a la industria, desde su punto de vista.
Las declaraciones del ministro, en un acto compartido con algunos de los principales representantes del sector empresarial de la defensa, se producen ante una cita sin precedentes en el último lustro el próximo jueves en Bruselas, un Consejo Europeo que reúne a los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 para avanzar en la política común de seguridad y defensa. La cita del día 19, que despertó grandes expectativas que se han ido desinflando durante las últimas semanas, y donde la seguridad compartirá agenda con otros temas de peso –política económica, energía, inmigración-, pretende impulsar la política europea de defensa en tres frentes, según los documentos elaborados por la Comisión y Catherine Ashton, la actual responsable de política exterior y de seguridad:
  •  Eficacia operativa. Se trata de ser capaz de responder mejor a las crisis y desplegar las capacidades adecuadas de manera rápida y eficaz.
  • Capacidades de defensa. Consiste en ajustar las capacidades militares y civiles a las necesidades del futuro. Una cooperación de defensa europea más sistemática y a largo plazo, mediante el estudio de la "puesta en común e intercambio" de los medios desde el principio de la planificación nacional.
  • Una industria de defensa europea más sólida. Se trata de desarrollar una base industrial más integrada y competitiva para la industria de defensa europea, por ejemplo a través de un mercado de defensa operativo y actividades de investigación y desarrollo.
El tercer objetivo, especialmente la apertura del mercado de productos de defensa a la competencia, parece ser el que despierta mayores resistencias por parte española, y causa aparente, según fuentes oficiosas, de que Morenés se plantara a finales de noviembre en una reunión preparatoria de ministros de Defensa que provocó que la UE tardara una semana en hacer públicas las conclusiones del encuentro.
En vista de que la cita del próximo jueves podría cerrase sin avances espectaculares, ante la falta de ambición o incluso a causa del bloqueo por parte de euroescépticos o países que consideran en riesgo sus intereses, España contaría en ese caso con “tiempo sobrevenido”, en palabras de Morenés, para reforzar el sector empresarial español de seguridad y defensa.
Durante los últimos meses, las principales empresas del sector, la patronal Tedae y la Secretaría de Estado de Defensa han mantenido reuniones y contactos de cara al Consejo Europeo de esta semana, “una acción coordinada”, según definición del Ministerio.
Imagen de la jornada clandestina celebrada el 3 de diciembre
dedicada a la industria de Defensa (Foto: Ministerio de Defensa).
Varios de los participantes en el acto de anoche recordaron el proceso de reestructuración y concentración de la industria de Defensa que realizó Estados Unidos hace 20 años, una nueva alusión a que algo se puede estar preparando en España, donde el Estado es hoy primer accionista de Indra, propietario único de Navantia y en posición de control regulatorio y también de actuación de otras empresas de satélites, ingeniería o comunicaciones.
En este contexto, a comienzos de mes se celebró, a puerta cerrada, una jornada de debate con representantes de los ministerios de Defensa e Industria y la patronal Tedae, y se elaboró un documento –La industria española de defensa. Estrategia de futuro- que aparentemente recoge las conclusiones de dicho encuentro. El texto está lleno de referencias a “reconducir el sector”, “avanzar en procesos de consolidación industrial”, “esquemas de integración o alianzas”, “excesivo fraccionamiento”.
En ese mismo documento aparecen también lo que se podría interpretar como líneas rojas: “Es necesario modular el ritmo de implantación de las medidas de creación del mercado interior de la Defensa para permitir la adaptación de las empresas que en este momento se encuentran menos preparadas”.
Tanto el presidente de Tedae, Julián García Vargas, como el propio ministro Morenés han reiterado durante las últimas semanas que España no puede prescindir de su industria naval, en referencia a los astilleros públicos de Navantia.
Sin embargo, García Vargas apuntó ayer que “España debe saber dónde somos fuertes y qué consideramos esencial y vamos a conservar, y no lo hemos definido”.
El acto del lunes, celebrado en la Fundación Mapfre, tuvo lugar con motivo de la publicación de un monográfico dedicado a la Defensa de la revista Política Exterior, y contó también con la participación del presidente de Indra, Javier Monzón; y del presidente de EADS-CASA, Domingo Ureña.

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