lunes, 26 de mayo de 2014

sábado, 24 de mayo de 2014

Exteriores analiza la trascendencia política del fútbol

Un informe para altos cargos del Ministerio expone que el éxito alcanzado en el deporte rey puede reforzar la identidad nacional de los españoles, pero lamenta que no afecta a los valores que suele mover a las personas

Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
El ministro de Asuntos Exteriores se encontró el pasado viernes 16 con un informe reservado encima de la mesa: “El Éxito del Fútbol Español: Clave Geopolítica y Potencial Diplomático” (así reza el título, incluida la superpoblación de mayúsculas innecesarias), al que ha tenido acceso Estrella Digital.
Al calor de la final de la Liga de Campeones europea entre Real y Atlético de Madrid, más el reciente triunfo del Sevilla en la Copa de la UEFA, más el próximo mundial de Brasil y los laureles últimos de la selección nacional, el documento es una nota informativa de ocho densas páginas elaborada por la Oficina de Análisis y Previsión de la Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores, que se puede considerar como un mini think tank interno del Ministerio (el grande y externo es el Real Instituto Elcano). Los exclusivos destinatarios fueron ministro, secretarios de Estado y directores generales.
Conclusión: “El éxito alcanzado por el fútbol español es resultado de su realidad geopolítica, caracterizada fundamentalmente por su pertenencia a dos grandes áreas regionales, Europa e Iberoamérica, que albergan a las grandes potencias del fútbol. Es un hecho que, debidamente entendido y difundido –añade-, puede ayudar a reforzar la identidad nacional de los españoles sobre la base de su realidad histórica, servir de modelo para el aprovechamiento de este privilegio geopolítico en otras áreas de actuación y proyectar internacionalmente una imagen de España que vincula sus logros con sus raíces”. Se remata afirmando que todo lo anterior “vendría a reforzar la necesaria ‘autoestima’ de los españoles, a la que ha apelado el Príncipe Felipe hace sólo unos días”.
Por las páginas del informe aparece el poeta romano Juvenal (siglo I), como referencia de autoridad para destacar la capacidad del deporte para distraer a la ciudadanía de la acción de gobierno; la conocida como Guerra del fútbol entre El Salvador y Honduras en 1970 (6.000 muertos); aparece la utilización del fútbol por parte del Gobierno militar del argentino Videla en el Mundial de 1978; aparecen ejemplos de diplomacia deportiva, como la extraña relación del jugador de la NBA Rodean con el líder norcoreano Kim Jong Un; y hasta se hace referencia, para que los interesados puedan profundizar en el tema, al libro de Pascual Boniface, fundador y director del francés Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas, titulado Fútbol y mundialización (en este 2014, el mismo Boniface ha publicado otro libro, Geopolítica del deporte, que se le ha escapado al think tank de Exteriores).
Sin embargo, tras al despliegue de erudición futbolística, el informe no se muestra muy optimista: “el fútbol tiene un impacto muy amplio en la sociedad, pero no muy profundo, ya que no afecta a los valores que suelen mover a las personas. Cualquiera que hubiera cifrado sus esperanzas en que la selección española hubiera servido para reforzar el sentimiento de unidad nacional –se lamenta el informe- se habrá visto defraudado al comprobar que las fuerzas centrípetas existentes en España se hayan disparado en los últimos años, precisamente cuando la selección ha llegado a reinar en el fútbol como nunca en su historia”. Centrípetos desagradecidos, le falta añadir.
En otro apartado el autor de la nota se lamenta también de que, “en línea con la histórica capacidad de España de hacer valer sus logros, y su tendencia a dejarse definir desde fuera, el sistema de juego español se conoce mundialmente con la desafortunada expresión de ‘tiqui-taca”, cuando al redactor le parecería mucho más acertada la expresión “fútbol total”.
Mucha historia, algún bajón de ánimo, el redactor tiene también picos de euforia: “la selección española de fútbol tiene en este momento un potencial diplomático comparable a la selección brasileña”. En otro pasaje se afirma con rotundidad que el reconocimiento de la realidad geopolítica de España como factor determinante en el éxito de su fútbol, en referencia a la mezcla euro-iberoamericana que se explica con detenimiento y fichajes, “puede ayudar a los españoles a comprender y asumir plenamente el valor real de la dimensión histórica e internacional de España, y puede servir para proyectar esa imagen al exterior en un ejercicio de diplomacia pública, así como en la promoción de la Marca España”.
Aunque se encuentren algo dispersas por las páginas, el informe contiene también propuestas. Por una parte, se menciona que hace sólo unos meses el ministro francés de Asuntos Exteriores ha decidido crear el cargo especial de embajador para el Deporte, con el triple objetivo de promocionar candidaturas para organizar eventos deportivos, reforzar la presencia nacional en organismos deportivos internacionales y promocionar empresas del país en mercados relacionados con el deporte.
Tras el razonamiento de que para que estos asuntos tengan resultados sería necesario identificar a la selección nacional de fútbol con unos valores, el informe de Exteriores propone también “la colaboración y asociación permanente con algún proyecto nacional exitoso y con significación ética”, como por ejemplo el sistema nacional de transplantes.
Una tercera propuesta, que se añadiría al embajador y a los riñones patrocinados por la selección, podría ser incorporar a jugadores españoles “al plantel de Embajadores Internacionales de Buena Voluntad de UNICEF” (vuelven las mayúsculas), donde “se comprueba con cierta perplejidad que no hay un solo español”. El listado de estos embajadores honoríficos de UNICEF se relacionan en el Anexo I y por allí aparecen Roger Moore, el más rígido agente 007, también Shakira o Messi, que siguiendo la lógica del texto arrastran con su reputación de buena gente la del Reino Unido, Colombia y Argentina. Hasta aquí el informe.
El Boletín Oficial del Estado del pasado 26 de marzo publicó otro texto importante, la Ley 2/2014 de la Acción y del Servicio Exterior del Estado. En su artículo 6 encarga al Gobierno la elaboración de una Estrategia de Acción Exterior con el loable objetivo de contener “la expresión ordenada, sectorial y geográfica, de las prioridades y objetivos a medio plazo de la Acción Exterior” y recoger “el conjunto de actuaciones de los órganos, organismos y entidades públicas en el exterior a las que dota de coherencia interna”. La Estrategia muy probablemente caerá entre las tareas de la Oficina de Análisis y Previsión de la Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores. El capítulo sobre “Geopolítica Y Potencial Diplomático Del Deporte” ya lo tienen escrito.

Sugerencias





miércoles, 21 de mayo de 2014

La OTAN se acelera

Ucrania obsesiona y puede ocultar los desafíos pendientes de la Alianza: fin de Afganistán, expansión indefinida, crisis económica y presupuestos de defensa a la baja

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
La Alianza Atlántica está revolucionada. Su cuartel general en Bruselas bulle de actividad preparando la cumbre de jefes de Estado de septiembre en Cardiff (Reino Unido) y sobre todo por Ucrania, que ha trastocado agendas, prioridades y provocado algo parecido a un desconcierto hiperactivo. Un falso ambiente de guerra fría lo empaña todo. “No podemos no reaccionar”, responden sus responsables ante diferentes temas.
En las primeras tres semanas de mayo la OTAN ha realizado importantes maniobras en Lituania y en Menorca. Su secretario general ha visitado Rumanía, Eslovaquia, Estonia y Polonia. Más: los jefes de Estado Mayor se reúnen esta semana en el segundo Comité militar del año (días 21-22), y allí estará el almirante español Fernando García Sánchez. Los ministros de Defensa compartirán mesa a comienzos de junio... La organización vive una actividad desconocida desde las operaciones en Libia (2011) o Kosovo (1999).
Su secretario general, Fogh Rasmussen, declaraba a principios de mes que la anexión de Crimea por parte de Rusia era un punto de inflexión en política de seguridad comparable a la caída del Muro de Berlín o a los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. “Debemos reaccionar. No podemos seguir como hasta ahora”, dice el secretario general saliente –ya se ha elegido a su sucesor, un ex primer ministro noruego- en probable exageración para que quede más claro el mensaje.
A continuación, algunas claves de la hiperactividad aliada y otros temas relevantes que corren el riesgo de ser enterrados por la actualidad, a partir del contacto directo con responsables y portavoces de la OTAN en Bruselas.

Maniobras en Menorca y Lituania

Los ejercicios militares en el país báltico, con el nombre de “Steadfast Javelin 1” (Jabalina concluyente 1) han concentrado a 6.000 militares de ocho países, con una importante presencia de EE.UU. y Reino Unido, con el objetivo declarado de poner a prueba la defensa colectiva y entrenar a unidades estonias. Los países de la OTAN acordaron en abril reforzar los despliegues por mar, aire y tierra en los países bálticos, Rumanía y Polonia, incluidos más ejercicios militares, para darles más garantías de protección tras la anexión de Rusia del territorio ucraniano de Crimea.
En Menorca 1.400 militares de 20 nacionalidades, 150 vehículos y un millar de ordenadores han participado en el ejercicio “Trident Jaguar 14” que ha servido para certificar el Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad de Bétera (Valencia) como cuartel general de fuerzas conjuntas de la OTAN. Las maniobras pretendían adiestrar y evaluar la capacidad del Cuartel y de la Fuerza Naval de Ataque y Apoyo de la OTAN para desplegarse, con rapidez, en respuesta a una crisis en cualquier parte del mundo. El ejercicio se desarrollaba en un escenario ficticio en el que un país miembro de la Alianza Atlántica invoca el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, según el cual un ataque armado contra una o más de las naciones miembro será considerado como un ataque contra el conjunto de la Alianza.

La agenda de Cardiff, trastocada

Nueva sede de la OTAN en construcción
(Foto: PND).
La cumbre de Cardiff del próximo mes de septiembre iba a ser la del 65 aniversario de la Alianza, del centenario de la Primera Guerra Mundial, de los 25 años de la caída del muro de Berlín, de los aniversarios de su expansión hacia el este (quince años del ingreso de Hungría, Polonia y República Checa;  diez años del ingreso de Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania y Rumanía; cinco años del ingreso de Croacia y Albania); iba a ser la cumbre del fin de la operación ISAF en Afganistán, que ha dado alta visibilidad a la organización durante una década a un coste humano y económico muy elevado; cumbre para insistir en la smart defence, hacer más o lo mismo con presupuestos a la baja… Ucrania hoy lo tapa todo.
Portavoces acreditados de la OTAN -también Obama y Merkel- han señalado que no hay solución militar a esta crisis, sino política, salvo el caso improbable de un ataque militar ruso contra un Estado miembro de la Alianza. El nerviosismo de la OTAN debe interpretarse entonces bajo el concepto de la disuasión.
La Alianza tiene definida su estrategia en torno a tres ejes: defensa colectiva, gestión de crisis y seguridad cooperativa. A la defensa territorial de la guerra fría, que amenaza con volver, siguió la seguridad cooperativa en la década de los 90 y la proyección de la seguridad fuera de territorio OTAN con el nuevo siglo (Afganistán, Libia), más las relaciones crecientes con socios (partenariados con países y también con el Mediterráneo, Naciones Unidas o la UE). En este último eje, muy potenciado durante los últimos años, se inscribe las relaciones con Rusia y Ucrania.
La OTAN firmó en 1997 un acta de asociación con Rusia y en 2002 se crea el Consejo OTAN-Rusia, hoy congelado. La sorpresa relativa con Rusia se ejemplifica en las alusiones de los responsables de la OTAN a la psicología de Putin, no hacen referencia a geopolítica, lo que acerca el debate al terreno de los kremlinólogos, aquellos expertos en la URSS que analizaban la colocación de los líderes soviéticos en las fotografías a falta de mejor información.
La versión oficial cuenta que Rusia garantizó la integridad territorial de Ucrania cuando este país renunció al armamento nuclear en 1994, que el expresidente ucraniano Yanukóvich abandonó el barco en febrero, que la expansión de la OTAN hacia el este sigue siendo válida (de los 28 miembros, 12 pertenecieron al Pacto de Varsovia, precisamente los que defienden posturas más duras contra Rusia), y que la actual crisis incluso puede despertar algún interés escandinavo por la Alianza, y por ahí siguen Georgia, Moldavia, Bielorrusia, Azerbaiyán, Armenia y otros territorios de hipotético ingreso. “Hemos tenido que reaccionar”, se insiste.
Ante el aparente retroceso de dos décadas e incluso la vuelta al escenario de bloques de buena parte del siglo XX, en la OTAN son conscientes del peligro de dejarse llevar por una falsa guerra fría, un escenario conocido y confortable, Rusia en lugar de la URSS, porque saben que el mundo es diferente: nuevos actores emergentes, nuevas tecnologías y nuevos usos. La urgencia hoy es ofrecer seguridad a los vecinos de Ucrania socios de la Alianza.
"Habrá más aviones en el aire, más barcos en el agua y más disposición en tierra", dijo Rasmussen en una rueda de prensa este lunes 19 tras una reunión del Consejo del Atlántico Norte –embajadores-, y volvió a insistir en que "una solución política es la única salida" a esta crisis.

Seguridad marítima: presencia creciente en el Mar Negro

La OTAN es una alianza político-militar con un océano en el nombre. Si la seguridad marítima siempre ha formado parte de su actuación, en los últimos años y a futuro cercano será aún más relevante.
A nivel teórico-práctico, en 2011 aprobó su Estrategia Marítima Aliada. Junto a la presencia habitual en el Mediterráneo desde el 11-S y en el cuerno de África a partir de 2008, actualmente bajo el mando de una fragata española, la Alianza está reforzando en las últimas semanas la presencia naval en el mar Báltico y prepara intensificar su actuación próximamente en el mismo Mar Negro que baña Crimea y la base naval rusa de Sebastopol.

Afganistán sin dramas

Si Kosovo a finales de los 90 disparó la actividad de la Alianza y rompió las rutinas heredadas y al parecer tranquilas de la destrucción mutua asegurada contra la URSS, Afganistán ha marcado la vida de la OTAN en la última década por la operación ISAF que finaliza el último día de 2014.
Aún permanecen 50.000 militares de 48 países (27 aliados), pero la OTAN está en plena fase de repliegue en la mayor operación logística desde la Segunda Guerra Mundial, que en los últimos dos años ha supuesto la repatriación de 95.0000 contendores, 59.000 vehículos y el desalojo de 800 bases (aún quedan otras 80).
El futuro, aunque incierto por las elecciones presidenciales afganas, pendiente su segunda vuelta para junio, ya está diseñado: una operación de asesoramiento y formación de fuerzas de seguridad que ya ha sido bautizada, “Resolute support”, que podría rondar los 10.000 efectivos. “No más drama”, dicen en la Alianza, con el significado de fin de los combates.
Expertos en Afganistán de la OTAN transmiten la imperiosa necesidad de que no decaiga el apoyo a este país, principalmente financiero, cuya ausencia podría dar al traste con el trabajo realizado durante años. Existe el compromiso internacional de destinar 15.000 millones dólares entre 2015 y 2024, cifra aparentemente elevada que empequeñece comparándola con el coste pasado del despliegue militar aliado.

Testosterona, arma de destrucción masiva

La violencia sexual es un arma de cualquier de guerra, no solo en África o en Nigeria, se practicó en los Balcanes y aparece en cualquier conflicto armado. La buena noticia es que la testosterona como arma de destrucción masiva quiere controlarse.
Una de las iniciativas más interesantes en marcha por parte de la OTAN y también sus socios -44 países en total- es la aplicación interna a todos sus procedimientos y actuaciones de la resolución de Naciones Unidas 1325 sobre mujer, paz y seguridad aprobada en 2000 y seguida desde entonces por otras seis resoluciones.
El objetivo es integrar la perspectiva de género en el funcionamiento de la Alianza y en las operaciones desde el mismo punto inicial del planeamiento, en la gestión de crisis y en misiones de paz; que se tenga en cuenta la creciente participación de la mujer como integrante de los ejércitos OTAN y también como víctima principal –junto con los niños- en los conflictos.
Los últimos avances en este tema se han producido este mismo mes de mayo, con la aprobación de una línea política en la que se han implicado los 28 países OTAN junto con socios preferenciales como Australia, Nueva Zelanda, Japón o Jordania, entre otros.
Existe vida más allá de Ucrania.

Nota

La interpretación contenida en el artículo es responsabilidad exclusiva de quien lo firma. Buena parte de la información procede de una reciente visita a Bruselas con la Asociación de Diplomados Españoles en Seguridad y Defensa -ADESyD-.  Mi reconocimiento a la División de Diplomacia Pública de la Alianza y a la Representación Permanente de España en la OTAN por su profesionalidad.

domingo, 18 de mayo de 2014

Irak busca otra vez a España

ENTREVISTA AL EMBAJADOR EN MADRID
Diez años después de la ocupación militar,  el responsable diplomático iraquí en España asegura que su país "está abierto a la empresa española". La balanza comercial fue de 2.000 millones de euros el año pasado

Carlos Penedo. Entrevista publicada originalmente en Estrella Digital.
Wadee Batti Hanna, embajador de Irak
en España (Foto: Carlos Penedo)
Una década después de la retirada del contingente militar español, el viejo Irak se reinventa.
Su embajador en España habla de un nuevo Irak, el que va surgiendo tras el cambio de régimen y la ocupación extranjera, el que acaba de celebrar elecciones legislativas, un nuevo país en reconstrucción pero –insiste- con larga historia y antiguas relaciones diplomáticas con España. Wadee Batti Hanna (Mósul, 1961), físico nuclear formado en Bielorrusia, incorporado a la diplomacia tras la caída de Saddam Husein, exembajador de su país en Filipinas, anima a la empresa española a trabajar en Irak, algunas ya con contratos en infraestructuras.
Estrella Digital entrevista al responsable diplomático de Irak en España cuando aún no se conocen los resultados de las elecciones del pasado 30 de abril, las primeras sin presencia militar extranjera, una cita con las urnas que considera de gran importancia por la alta participación y el propio ejercicio democrático, desde la campaña electoral hasta la transparencia en el recuento. Al Batti recuerda la última década con una mezcla de alegría y tristeza –fin de la dictadura pero tropas foráneas sobre suelo iraquí-, y traslada la imagen de un país que hoy quiere ser factor de estabilidad y buena relación con sus vecinos.

Estrella Digital. Lleva poco tiempo en España, puede conservar una visión aún no contaminada. ¿Qué país ha encontrado y cómo le ha recibido?
Respuesta. Cumplo ahora un año en España. Este país tiene un atractivo indudable, mucha gente desea visitar España, como lo demuestra el gran número de turistas, 60 millones en 2013. A nivel personal estoy muy contento de estar aquí. España es un importante miembro de la Unión Europea, su economía y empresas son relevantes.
En Irak, como país que desea avanzar, dar un gran paso adelante en desarrollo e infraestructuras, creemos que hay factores en común para poder reforzar las relaciones bilaterales.

ED. ¿Qué hace un físico nuclear en el mundo diplomático?
R. Efectivamente, tengo un doctorado en física nuclear, he trabajado sobre los efectos de la contaminación del accidente nuclear de Chernóbil sobre la alimentación y la salud, he sido profesor universitario más de nueve años. Con la caída del régimen en 2003 surgió la necesidad por parte del nuevo Gobierno de contar con gente con experiencia para trabajar como embajadores en el exterior y mostrar la nueva cara de Irak.
La vida hoy está entrelazada de forma increíble y por tanto la política y la diplomacia han cambiado, en una embajada es muy positivo un conocimiento general de la realidad, los gobiernos se reúnen hoy en conferencias sobre contaminación, medio ambiente, ozono, también armas nucleares, esto nos aleja del concepto tradicional de la política y mi especialidad tiene que ver con muchos de esos temas.

ED. ¿Cuál es la situación actual entre ambos países, cuáles los principales asuntos de las relaciones bilaterales?
R. Las relaciones diplomáticas entre España e Irak no han empezado hoy, vienen de muchos años, son antiguas, Irak tiene representación diplomática en España desde hace décadas. Ahora creemos que podemos reforzar esas relaciones. Por ejemplo, hemos podido celebrar la reunión mixta hispano-iraquí después de un paréntesis de 12 años, además del intercambio de visitas de responsables políticos [el pasado septiembre se celebró un encuentro empresarial en Madrid organizado con el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, con la presencia del ministro de Transportes].
La balanza comercial en 2013 ha superado los 2.000 millones de euros, aunque es favorable a Irak porque España importa petróleo iraquí, la sexta parte del petróleo en España procede de Irak, somos unos de los principales proveedores, además de que España nos exporta otros productos como medicamentos, productos agrícolas, productos de consumo, además del trabajo de las empresas españolas.

ED. ¿La vía para estrechar relaciones podría estar más en la posible contratación de empresas españolas en Irak?
R. Ahora mismo están ya trabajando, empresas españolas están construyendo estadios de fútbol en la provincia de Babilonia y en Bagdad; otra empresa ha firmado el diseño de hospitales en Bagdad. El nuevo Irak está abierto a todas las posibilidades.
Desde la embajada tenemos la voluntad de impulsar el trabajo de las empresas españolas en sectores como infraestructuras, construcción, salud, agua.

ED. Recientemente se han celebrado elecciones legislativas en Irak. ¿Cómo se han desarrollado, cuál es su valoración?
R. Es un paso adelante, nos sentimos muy orgullosos de cómo han transcurrido las elecciones parlamentarias del día 30 de abril, un proceso que ha sido reconocido por organizaciones internacionales y por el mismo Ministerio español de Asuntos Exteriores, que ha destacado el papel de la población iraquí y la gran participación a pesar de la situación del país.
Entrega de cartas credenciales a S.M. el Rey
el pasado septiembre (Foto: web Casa Real).
Se ha alcanzado una participación de entre el 60% y 70% de la población, un nivel superior al de otros países con democracias consolidadas.
Las elecciones se han desarrollado en un clima democrático pleno, un mes completo de campaña electoral, libertad completa a los candidatos para que realizaran su propaganda por cualquier medio, y así ha sido comprobado por observadores de Naciones Unidas o la Liga Árabe.
La comisión electoral independiente de Irak ha realizado un excelente trabajo y queremos destacar la labor de la empresa española Indra, que ha firmado un contrato con la Comisión para proporcionar la tecnología necesaria y procedimientos para realizar las elecciones de forma correcta.
En lo referente a los resultados, la Comisión ha dado otro ejemplo de transparencia en el proceso decidiendo tres recuentos de los votos, primero en la misma sede electoral, la segunda vez en el centro electoral de la provincia y el tercero en el centro electoral de Bagdad.
Los iraquíes residentes aquí en España, algo más de un millar, han podido participar en unas elecciones por primera vez. El Gobierno iraquí ha querido facilitar el voto de los iraquíes residentes en el extranjero y se han abierto 19 mesas en todo el mundo.

ED. Durante este 2014 e incluso en los días previos y posteriores a las elecciones ha continuado y continúa la violencia en Irak. ¿A qué causas responde? En España se hace frecuente referencia al enfrentamiento entre comunidades, se habla de shiíes, sunníes, kurdos y subdivisiones entre ellos, pero menos de iraquíes o de Irak, ¿se corresponde esto con la realidad?
R. Irak está formado por diferentes comunidades y estamos orgullosos de esta mezcla. Estas comunidades conviven en Irak desde hace siglos. Yo mismo soy cristiano asirio y tengo en la embajada kurdos, sunníes, shiies, ésa es la situación real de Irak. Muchos analistas buscan razones sencillas para explicar problemas complejos, para culpar de una situación concreta a enfrentamientos entre comunidades. Lo que yo puedo confirmar es que no hay una guerra sectaria en Irak, si la hubiera se produciría violencia continua y muertes en todas las calles de Irak. Las familias están entrelazadas entre sí, hay matrimonios de kurdos con árabes, de sunníes con shiíes, incluso de musulmanes con cristianos, y cada uno conserva sus creencias y su religión.
Por ejemplo, aquí en España hay catalanes, vascos, andaluces y todos participan en la construcción del país, como en Irak. El factor que los analistas no suelen destacar es que la violencia tiene origen en el terrorismo, Al Qaeda y otras formaciones terroristas, como Daesh [acrónimo del grupo salafista Estado Islámico de Irak y el Levante], esos grupos han encontrado un terreno fértil para sus acciones terroristas y tienen agendas internacionales, lo intentan en todas partes, en diferentes países.
Hablando con sinceridad, Irak tiene aún una capacidad limitada para luchar contra estos grupos, todavía nos faltan instrumentos para poder combatirlos, necesitamos ahora formar el ejército, la inteligencia, todo tipo de instituciones e instrumentos de seguridad, compartir información, equipos y armamento para poder combatirlos, necesitamos todo eso, un largo proceso que esperemos alcanzar en el futuro.
Además, en toda la zona la situación es grave, y nosotros somos parte de esa región. Lo que ocurre en Siria nos ha afectado enormemente, compartimos una amplia frontera y su control es complicado, lo que ha hecho que grupos terroristas como Daesh se hayan introducido y actúan en los dos países.

ED. Se cumplen estos días 10 años del regreso de los militares españoles de Irak, del fin ordenado por el presidente Rodríguez Zapatero de la participación española en una operación militar en Irak. ¿Cómo vivió y cómo recuerda la ocupación del país?
R. No hay ninguna duda de que Irak tenía un régimen dictatorial, violento. España es uno de los países que mejor nos pueden comprender, vivir bajo una dictadura, porque España lo sufrió. España y los españoles saben que la libertad tiene un gran coste, el ser humano hace todo lo que está en su mano para alcanzar la libertad.
Nadie está contento con la ocupación militar de su país, se ha hecho todo el esfuerzo para acabar con esa ocupación.
En estos últimos años se mezcla un sentimiento entre la alegría y la tristeza, alegría por quitarnos ese régimen dictatorial y tristeza por la entrada de tropas extranjeras. El pueblo y todos éramos conscientes de que esa presencia extranjera era algo temporal.
El fin de la ocupación ha sido una prioridad tanto para el Gobierno iraquí como para el pueblo, y gracias a Dios se ha cumplido con la retirada total de las tropas desde hace unos años [2011].
Ésa es una de las razones que nos hace sentir más orgullosos todavía de las elecciones de hace unos días, son las primeras elecciones parlamentarias que se celebran sin la presencia de ningún soldado extranjero en Irak.

ED. ¿Cuál es la relación de Irak con sus vecinos, con Siria, Irán, Turquía?
R. Irak después de 2003 se ha propuesto ser parte de la solución en la región y dejar de ser parte del problema. Por eso está abierto a todos sus vecinos e intenta construir una relación equilibrada basada en el respeto y la no ingerencia en asuntos internos, y avanzar en los intereses comunes.
Por factores geográficos no podemos dejar de vivir con nuestros vecinos, es una realidad geográfica. Además Arabia Saudí, Jordania, Siria, Kuwait son países árabes, hermanos.
Nuestro objetivo es establecer relaciones equilibradas basadas en la voluntad de construir y reforzar los intereses bilaterales comunes.
Por ejemplo, Irak ha tenido un papel importante en las negociaciones sobre el programa nuclear iraní, Bagdad ha acogido varias reuniones del 5+1 [los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU -Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido- más Alemania].
En relación con Siria, quiero recordar que Irak ha recibido 150.000 refugiados de ese país. Mi Gobierno  muestra el máximo respeto a la voluntad del pueblo sirio en la construcción de una Siria democrática, pero al mismo tiempo no deseamos un nuevo Afganistán o la llegada de extremistas.
Con Turquía realmente tenemos un alto volumen de intercambio comercial y económico. Con Kuwait hemos intentado resolver todos los problemas pendientes de la invasión iraquí. Con Arabia Saudí tenemos el gran deseo de construir una relación de hermandad.

ED. Estrella Digital ha publicado recientemente informaciones sobre el grupo Muyahidín del Pueblo Iraní, durante años refugiados en Irak, sus contactos con políticos españoles en Bruselas, su labor de lobby, sus denuncias de persecución. ¿Cuál es realmente su situación?
R. Es un grupo conocido como Muyahidín Jalq, un grupo opositor al Gobierno iraní que tenía la protección del Gobierno anterior de Saddam Husein. Se les facilitó un campamento en suelo iraquí, cercano a la frontera con Irán. Este grupo logró una capacidad militar considerable, con incluso tanques, y llegó a utilizar la violencia también contra el pueblo iraquí.
Con la caída del régimen en 2003 se reconsideró su papel. Nosotros ahora queremos tener una buena relación con Irán, no podemos hospedar un grupo armado opuesto al régimen. Es como si España albergara un grupo que combatiera al Gobierno portugués, o Irán un grupo de oposición al Gobierno iraquí.
Hemos planteado este tema ante la comunidad internacional y se ha llegado a la decisión de cambiar el campamento, que estaba cercano a la frontera iraní, a otra ubicación, el Gobierno de Irak ha hecho un esfuerzo enorme con la comunidad internacional para que se pudiera acoger a estas personas como refugiados.
Su presencia en Irak como oposición al Gobierno iraní no beneficia de ninguna forma nuestras relaciones.
Ese grupo se dirige a los países europeos presentándose como víctima y la realidad es otra. Nosotros aceptamos a cualquier extranjero, pero no para hacer política o cometer actos de guerra o de combate contra un país vecino, afecta a las relaciones, eso no lo acepta ningún país.
Hemos dado protección a este grupo a la espera de que se trasladen, ver si quieren regresar a Irán o si van a pedir asilo en otros países.
Nos hubiera gustado que la gente que está hablando sobre este grupo, como víctimas, conozcan su actuación hasta 2003 y vieran lo que estaban haciendo.

Sugerencias


viernes, 9 de mayo de 2014

Cabreo diplomático

De FAES a embajador en Viena. De gritar “catalanes de mierda” a cónsul en Australia. Una carta de ocho embajadores veteranos alerta de la deriva partidaria que está tomando la política de nombramientos diplomáticos en Exteriores en un momento clave política y económicamente para nuestro país

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
 
S.M. el Rey recibe al alto comisionado para la Marca España,
Carlos Espinosa de los Monteros, en julio de 2012 (Foto: web MAEC).
Exteriores se enfrenta a no pocos desafíos en un momento en que crece la disensión interna entre el cuerpo diplomático. El caso del veto reiterado al diplomático Juan Pablo de Laiglesia, los nombramientos sorprendentes o la vacuidad de Marca España (sin presupuesto), se juntan a la campaña por una silla en el Consejo de Seguridad de la ONU y los retos políticos y económicos de nuestro país en el exterior.
El cuerpo diplomático anda revuelto. La causa: una política de nombramientos de puestos diplomáticos con claros indicios de discriminación ideológica y evidente discrecionalidad no argumentada. El caso más reciente afecta al diplomático Juan Pablo de Laiglesia, ex alto cargo en Gobiernos PSOE, vetado en dos ocasiones directamente por el ministro para puestos profesionales en Roma y Buenos Aires. A lo anterior se suma una nueva ley de acción exterior discutida, junto con iniciativas discutibles como la Marca España o el abandono del Plan África. En este marco, el Gobierno está en plena campaña de promoción para lograr una silla en el Consejo de Seguridad de la ONU para el bienio 2015-16.
En los primeros seis meses tras la toma de posesión de Rajoy, el Consejo de Ministros cambió a 46 embajadores, los destinados en la práctica totalidad de organismos internacionales y en las principales capitales europeas. Aunque el nombramiento de embajador entra dentro de la absoluta discrecionalidad del ministro, es menos normal que en algunos casos se quedaran países sin embajador, por cesar al titular antes de pedir el plácet sobre su sucesor al país anfitrión (ocurrió en Argentina y Bélgica), que se cesara a embajadores con escasos meses en el puesto (Roma) o a punto de la jubilación.
Las alarmas saltan cuando se trata de puestos no catalogados por el propio Ministerio como de alto perfil político, que en las últimas tres décadas se han venido cubriendo por los requisitos de cada destino, por méritos de los candidatos, experiencia acumulada y casi en exclusiva con el criterio de la Junta de la Carrera Diplomática, que emite un dictamen –preceptivo pero no vinculante- al ministro con los diplomáticos más adecuados a cada puesto.
En dos años consecutivos el ministro García-Margallo ha vetado directamente el nombramiento de Juan Pablo de Laiglesia, como así proponía la Junta por su antigüedad y experiencia, para los puestos de cónsul general en Buenos Aires en 2014 y en Roma en 2013. De Laiglesia es uno de los diplomáticos españoles con más experiencia –cuatro décadas-,  que ha ocupado también cargos de responsabilidad política como secretario general de la cooperación española –AECID-, secretario de Estado para Iberoamérica, de Asuntos Exteriores y embajador en Naciones Unidas, de donde fue cesado a la llegada del PP al Gobierno.
Imagen utilizada por Exteriores para promocionar la
candidatura de España al Consejo de Seguridad de la ONU.
El afectado tiene presentados tres recursos ante la Audiencia Nacional por el veto del ministro, alegando la violación de derechos fundamentales.
ESTRELLA DIGITAL ha hablado con diversos diplomáticos en activo -prefieren el anonimato para evitar consecuencias-, que trasladan descontento y desconcierto en la carrera, y hablan de “purga” tanto de embajadores como de otros niveles inferiores como subdirectores, ocupados por diplomáticos y por funcionarios de otros cuerpos.
Sin riesgo para su presente y futuro profesional, un grupo de ocho experimentados embajadores ya jubilados -Pedro Bermejo, Fernando Perpiñá-Robert, Nicolás Martínez-Fresno, Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, Carlos Miranda, Francisco Villar, Eudaldo Mirapeix, Juan Manuel Romero de Terreros y Jorge Dezcallar-, con responsabilidades profesionales y políticas tanto bajo Gobiernos del PSOE como del PP, han hecho pública esta semana una carta de protesta por el caso De Laiglesia –“un veto injustificado”, lo han calificado-, que consideran además que “afecta al Servicio Exterior, la buena marcha de la Administración y la propia imagen de España”. “Con este veto reiterado –añaden-, se violenta y desnaturaliza el sistema instaurado durante la transición con el propósito de deslindar los nombramientos para cargos que requieren también criterios políticos de los demás puestos”.
El principal responsable de la política de personal del Ministerio es el subsecretario, Rafael Mendívil, alto cargo en la época de Aznar y también nombrado por el socialista Moratinos embajador en Polonia, embajador en Misión Especial para Afganistán y embajador en Bulgaria.
Una segunda derivada de la actual política de nombramientos en Exteriores es la salida de numerosos diplomáticos al servicio europeo de acción exterior, el nuevo cuerpo diplomático de la UE, fenómeno que tiene una faceta positiva, el incremento de españoles en organismos internacionales, y la negativa de su motivación, la falta de perspectivas profesionales en la diplomacia española por criterios discutibles en los nombramientos.
Con la casi única excepción de Federico Trillo en Londres como embajador ajeno al cuerpo diplomático, los puestos de responsabilidad se cubren mayoritariamente por miembros de la carrera, aunque con ejemplos de afinidad política que lleva a saltarse la antigüedad y experiencia admitida como principal criterio de nombramiento.
El diplomático Alberto Carnero, ocho años en la Fundación FAES del PP entre 2004 y 2012, pasó con el nuevo Gobierno a la dirección del Gabinete del ministro y es hoy embajador en Viena, donde participó en julio de 2013 en una oscura operación que retuvo el avión del presidente boliviano Evo Morales por la sospecha de que pudiera esconder a Edward Snowden, ex analista norteamericano y filtrador. El embajador Carnero intentó entrar en el avión y el presidente boliviano le cortó el paso.

Marca España, operación de imagen

A finales de marzo el Boletín Oficial del Estado publicó la ley de la Acción y del Servicio Exterior del Estado (sic), aprobada exclusivamente con los votos del Partido Popular, que ha limitado la proyección exterior de las Comunidades Autónomas y está por ver su efectividad sobre la dependencia y coordinación del personal de Exteriores y Comercio en el exterior. La nueva ley cuenta con un hecho insólito como fue durante su tramitación la carta de oposición firmada por 363 diplomáticos en contra de su contenido.
Probablemente la iniciativa estrella de la política de Margallo es la llamada Marca España. “El Objetivo Marca España 2020 es afianzar una imagen de España como potencia económica y política entre los primeros países del mundo; una visión de país tradicional y moderno al mismo tiempo; sólido y solidario; diverso; flexible y abierto al cambio”, se autoproclama.
Recientemente desde Moncloa se difundió un comunicado autocomplaciente sobre la marcha de esta iniciativa, informe en cualquier caso reservado porque no se ha hecho público. Marca España es una operación criticada desde fuentes internas como exclusiva operación de imagen, como caso de publicidad previa al producto, imagen sin contenido. De hecho, no tiene presupuesto.
La Marca España fue noticia hace ahora nueve meses por causas ajenas a su contenido, concretamente porque  su número dos –adjunto al alto comisionado-, Juan Carlos Gafo, insultó a los catalanes por Twitter: “Catalanes de mierda, no se merecen nada”, escribió como reacción a los pitos al himno nacional escuchados en la inauguración de los campeonatos del mundo de natación.
El ministro Margallo respondió con aparente indignación, aunque luego ha nombrado a Gafo cónsul general en Melbourne (Australia), donde quizá se encuentre con algunos de los siete millones y medio de españoles a los que descalificó.
La política de imagen con la Marca España tiene su continuidad y complemento con otra campaña de imagen, en este segundo caso con el objetivo concreto de que España sea elegida el próximo octubre para ocupar un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para el bienio 2015-2016.
Con ese fin el Gobierno Rajoy ha elaborado documentación y argumentos donde utiliza la participación española en operaciones de paz de Naciones Unidas como Líbano, puesta en marcha por Moratinos en 2006 y reducida a la mitad durante el mandato de García-Margallo y Pedro Morenés; y también se utiliza la ayuda española al desarrollo, reducida en un 70% desde su máximo con Zapatero hasta el actual 0,16% del PIB, lo que sitúa el esfuerzo a niveles de 1990.

Plan África abandonado con África como prioridad

Imagen utilizada por Exteriores para promocionar la
candidatura de España al Consejo de Seguridad de la ONU.
El continente africano se ha convertido en una prioridad política para España principalmente como consecuencia de la crisis de los cayucos de 2006, una presión migratoria que llevó sólo en ese año a 40.000 inmigrantes a nuestras costas. Pese al alarmismo actual con Ceuta y Melilla, la llegada de inmigrantes en situación irregular hoy es la décima parte que entonces.
El Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero impulsó en aquel momento el denominado Plan África, que movilizó recursos económicos –presupuestados y reservados-, abrió nuevas legaciones diplomáticas y estableció una actividad española en el continente desconocida.
El Plan África fue aparcado por Rajoy recién llegado a la Moncloa, no así el interés por el continente, que continúa aunque aparentemente centrado ahora en la participación militar en operaciones. El protagonismo ha pasado en esta legislatura de Exteriores a Defensa: con la reducción del contingente en Líbano a la mitad y el repliegue mayoritario de Afganistán, la participación militar de España en operaciones en el exterior se centra ahora mayoritariamente en Senegal-Malí, Gabón-República Centroafricana, Yibuti-Somalia, con medios aéreos de apoyo en los primeros países y contingente en los segundos, en total alrededor de 600 militares que alcanza el millar cuando se concentran, como en la actualidad, medios embarcados en el Cuerno de África por operaciones de la UE y de la OTAN.
Pese a la clara decisión política de intervenir en esos escenarios, en el Plan Anual Exterior de la Marca España 2014 Exteriores menciona únicamente como países prioritarios de actuación a Argelia, Marruecos y Sudáfrica. Fuentes diplomáticas indican que, tras dos años perdidos, Rajoy ha vuelto a ordenar que se elabore un nuevo Plan África que sirva de paraguas a lo que ya se hace sin Plan.
Al margen del corporativismo de todo gran gremio profesional, las últimas decisiones de personal del Ministerio de Exteriores, en opinión de algunos diplomáticos, puede mandar el mensaje equivocado a la carrera de que los criterios profesionales son más débiles que los de afinidad política, que la asunción de cargos de responsabilidad política pueden tener consecuencias negativas futuras, que la discrecionalidad del ministro alcanza al destino del millar de diplomáticos españoles.
José Manuel García-Margallo es un político de larga trayectoria, diputado ya por Melilla en los 70, que cuenta con la absoluta confianza de Mariano Rajoy, presidente nada aficionado hasta el momento a hacer cambios en el Gabinete. El ministro ha tenido intervenciones polémicas en los últimos meses por su implicación en el contencioso soberanista de Cataluña –llegó a proponer una reunión bilateral con Mas-, por el símil de este asunto con Crimea, por el conflicto de Gibraltar, activado periódicamente sin que se conozcan avances políticos durante su mandato. El cabreo añadido del colectivo de funcionarios que gestiona añade tensión a su ejercicio en el cargo, lo que distrae esfuerzos en favor de la relevancia política de España a nivel internacional.
Cuentan en el Ministerio que en enero de 2012, en un acto de toma de posesión del nuevo equipo, el ministro García-Margallo presumió de que “el mérito y la capacidad son valores burgueses que rescato. Cualquiera que trabaje será recompensado”. La realidad de algunos casos concretos parece contradecir su disposición inicial.

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martes, 6 de mayo de 2014

¿Think o tank?

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el comunicólogo Carlos Penedo había de recordar aquel día en que tuvo el cuajo de empezar una columna con las primeras palabras de Cien años de soledad, un modesto homenaje al autor que tenía también una segunda intención.
En las necrológicas escritas por la muerte de García Márquez se ha recordado la vinculación del escritor colombiano-mexicano con el periodismo, su ejercicio profesional durante décadas, su respeto por la profesión y por el reportaje-crónica, género que intenta trasladar una situación y un sentimiento al lector, más allá de otros como la entrevista donde casi todo el mundo miente.
Si uno se dedica al periodismo y García Márquez también, pues se comparte aunque sea un miligramo de Premio Nobel; igual que si uno se considera occidental pues comparte en alguna ínfima proporción la creación de Apple y la llegada del hombre a la luna, por poca intervención en el asunto que haya tenido.
“Siempre me he considerado un periodista, por encima de todo”, dejó dicho; creó en 1994 la Fundación Nuevo Periodismo, dedicada a formar periodistas iberoamericanos, y allí comentaba que “el del editor es el trabajo más importante"; quienes se encargan de la supervisión profesional de los textos "son la cara del periódico. Lo que hacen los editores es más importante incluso que el papel del director. Ellos consiguen la calidad del diario".
Se refería García Márquez a una función hoy en peligro de extinción en los periódicos, un revisor de estilo con criterio y experiencia que cogía el artículo acabado de las manos del periodista y lo revisaba antes de su envío a talleres.
El editor convertía el periódico en un producto mejor que sus periodistas, lección magistral ésta sobre el trabajo en equipo, que cuando funciona siempre es mejor que la suma de sus componentes, lo que desnuda la inanidad de los proyectos exclusivamente personales, en el ámbito político, en el mundo laboral, siempre limitados.
El editor podríamos decir que ejercía algo parecido a funciones de autocrítico. Los periódicos han empeorado desde que los periodistas no se autocritican, es decir, desde que las empresas periodísticas han considerado superfluo pasar un último filtro a los artículos antes de su publicación para ahorrase unos durillos.
El valor de la crítica para elevar la calidad de un texto es un principio trasladable al análisis de la política que en gran número de ocasiones encontramos bajo la etiqueta de una organización que se autodenomina como think tank.
El término hace referencia a un laboratorio de ideas, un instituto de investigación, un grupo de analistas con el sentido práctico de escribir sobre políticas públicas y la aspiración de influir sobre ellas, sobre los que toman las decisiones. Se podría situar a medio camino entre el ámbito académico y la inmediatez periodística.
Un primer acercamiento a este mundo de los think tank nos lo ofrece la Universidad de Pensilvania, que elabora una encuesta-clasificación anual y mundial de estas organizaciones encabezada en su última edición por Brookings Institution (EE.UU.), seguida de Chatham House (Reino Unido), Carnegie Endowment for International Peace (EE.UU.), Center for Strategic and International Studies (EE.UU.) y en quinto lugar el prestigioso y sueco Stockholm International Peace Research Institute –SIPRI-.
El think tank español mejor clasificado aparece en el puesto 60, la  Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales –FAES- , en el 64 el Barcelona Centre for International Affairs -CIDOB-, en el 72 la Foundation for International Relations and Foreign Dialogue –FRIDE-, en el 94 el Real Instituto Elcano y en el puesto 137 –sobre 150- la navarra Institución Futuro.
En clasificaciones parciales, en referencia a Europa occidental, se suma a las anteriores la Fundación Alternativas, en el puesto 74 del continente. En el capítulo de política exterior, Elcano aparece en el puesto 33; en ciencia y tecnología encontramos en el 28 a la Fundación de la Innovación Bankinter; y en el grupo de think tanks ligados a partidos políticos aparece, junto con FAES, la difunta Fundación Ideas.
En seguridad y defensa ningún think tank español aparece entre los 65 mejores, listado que lidera el Center for Strategic and International Studies –CSIS- (EE.UU.), RAND Corporation (EE.UU.), International Institute for Strategic Studies –IISS- (Reino Unido), Brookings Institution (EE.UU), Chatham House –CH- (Reino Unido), Carnegie Endowment for International Peace (EE.UU.), el ya citado SIPRI (Suecia), Royal United Services Institute –RUSI- (Reino Unido), Center for a New American Security –CNAS- (EE.UU.) y Atlantic Council (EE.UU.).
De todos los mencionados se puede decir que elaboran documentos solventes, incluso teniendo en cuenta su vinculación u orientación política más o menos camuflada; enriquecen la sociedad civil y alimentan el debate público con análisis y propuestas.
El informe de la Universidad de Pensilvania señala que actualmente hay en el mundo 6.826 think tanks. De ellos, el 29% se encuentra en Estados Unidos (1.984 centros), el 26% en Europa (1.818 centros), el 17% en Asia (1.201 think tanks), el 9,7% en América Central y del Sur (662), el 9% en el África Subsahariana (612) y el 7% en la zona del Mágreb y Oriente Medio (511).
Por países, el que más centros de investigación alberga es Estados Unidos con 1.828, seguido de China con 426, Reino Unido con 287, India con 268 y Alemania con 194. España se encuentra en la posición 21 con 55 think tanks.
Reconociendo que en los últimos años han surgido un buen número de iniciativas de análisis riguroso y especializado, en el mundo de la seguridad y la defensa hispana el tanque se suele imponer sobre el pensamiento, el papel de altavoz sobre el cuestionamiento crítico.
Imagen del blog "La casa huele a sopa".
Porque con toda la diversidad que existe en el mundo de los think tank, se observa que los más prestigiosos han conseguido desvincular sus productos de la fuente financiera, nadie piensa en el Gobierno sueco leyendo los informes sobre gasto militar del SIPRI. Se podría resumir el objetivo en la suma de crítica constructiva, propuestas y voluntad de independencia, de tensar la cuerda, romper tópicos.
Hay que juntar el think y el tank, por separado no funciona, el resultado sale insípido o incomestible por reconcentrado; en estos casos, muy frecuentes, mientras leemos y leemos y pasan lentamente los párrafos y las páginas, uno tiene la sensación de que huele a sopa.

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viernes, 2 de mayo de 2014

Más Europa y más social

  • La Fundación Alternativas alerta sobre el déficit de ciudadanía europea y propone inversiones productivas, seguro de paro y salario mínimo en la UE
  • Diego López Garrido, PSOE: "Esta crisis la UE no la va a superar sin los ciudadanos"
  • José María Beneyto, PP: "Es imposible que los ciudadanos se identifiquen con un mercado"

Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
Un porcentaje elevado de la población de todo el continente se siente europea, pero se muestra defraudada con las políticas seguidas en la última década, especialmente durante la crisis económica. Los ciudadanos europeos no se han visto defendidos por la Unión ante una crisis que no ha extendido la democracia europea, sino que la ha encogido. Es la opinión de la Fundación Alternativas, que acaba de presentar una radiografía de la Unión Europea con propuestas concretas de actuación orientadas a impulsar una Europa más social, y avanzar en “una Europa federal en la que los ciudadanos y sus representantes llevemos la voz cantante y no los mercados, los poderes financieros o instituciones que nadie ha elegido”.
“Cuando hay una crisis la primera víctima es el ciudadano de a pie”, señala Nicolás Sartorius, vicepresidente de la Fundación Alternativas, que junto con la alemana Friedrich-Ebert-Stiftung acaban de publicar un informe, coordinado por el diputado socialista y ex secretario de Estado para la UE Diego López Garrido, en el que han tratado de ponerse en el lugar de las personas y su punto de vista: “El estado de la Unión Europea: La ciudadanía europea en tiempo de crisis”.
Entre las recomendaciones propuestas por ambas fundaciones se encuentra la puesta en marcha de un plan de inversiones intraeuropeo –que a veces llaman Plan Marshall, objetivo compartido con la Confederación Europea de Sindicatos-, un  seguro de desempleo y un salario mínimo único, una política de inmigración humanitaria y no represiva. El estudio analiza la coyuntura europea y presenta recomendaciones para combatir la desafección política y lograr una unión política que combine desarrollo e igualdad social.
Reinterpretando las palabras de Ortega y Gasset, para Sartorius Europa ya no es la solución de los problemas de España, sino origen de algunos de sus males, y la salida habrá que buscarla tanto en Madrid como en Bruselas. En su opinión se está produciendo “un reflujo hacia lo nacional, lo nacionalista y en casos extremos hacia la xenofobia”, y alerta sobre el “profundo malestar” de la ciudadanía en relación con Europa. En las próximas elecciones al Parlamento Europeo dice que nos jugamos “cómo vamos a salir de la crisis, siguiendo políticas de austeridad, de austericidio, o con impulso al empleo,  y cómo vamos a construir el futuro de Europa”.
En el informe, presentado el pasado jueves en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, se desmiente el tópico sobre el desinterés del ciudadano por Europa. “Los ciudadanos quieren más Europa, más unión política, pero tienen una posición muy negativa sobre lo que se está haciendo”, añade Sartorius.

Conflictividad con esperanza de cambio

Para Diego López Garrido, coordinador del informe, “el punto más débil de la Unión Europea ha sido desde su nacimiento su vinculación con el individuo”, una construcción de arriba abajo que ha podido funcionar pero que no tiene futuro. López Garrido sintetiza: “esta crisis no la vamos a superar sin los ciudadanos, sin profundizar y conseguir un enorme protagonismo para los ciudadanos”.
Ante este panorama de paro (más de cinco millones de empleos destruidos desde que arrancó la crisis), reducción de salarios, recortes del Estado del bienestar, la ciudadanía ha respondido con desconfianza en las instituciones y también con movilizaciones: el estudio destaca que entre 2010 y 2013 se han producido en la UE más huelgas y jornadas de movilización generales nacionales que en cualquier otro periodo desde la Segunda Guerra Mundial. En concreto se contabilizan 37 huelgas generales, 26 de ellas en Grecia.
Para López Garrido, “no hay una resignación ni pasividad ciudadana, la gente se moviliza porque piensa que va a ser útil”.
El informe analiza 141 huelgas de diverso tipo celebradas sólo en 2013, y en este cómputo vuelve a ocupar el primer lugar Grecia (20 huelgas), seguido de cerca por Francia (16), España (14), Alemania (13), Reino Unido (12) y Portugal (10).
El secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, actual presidente de la Confederación Europea de Sindicatos (60 millones de afiliados), señaló por su parte que “no hay salida fuera de Europa”, si bien quiso poner el acento en que se está intentando un “cambio de paradigma”, en el sentido de que “el Estado social está hoy en cuestión, las elites europeas económicas y políticas han llegado a la decisión de que no se puede seguir manteniendo el modelo social europeo”, que interpretan como un “fardo que pesa como una losa que lastra la capacidad de competir en una economía global”. Fernández Toxo denuncia que “la desigualdad ha crecido en Europa últimos seis años, ente las naciones y dentro de cada una de ellas”, alerta que no se trata de un fenómeno restringido al sur de Europa, y avisa que no se produce un ataque frontal, sino de un deterioro progresivo con la excusa del ajuste presupuestario que va afectando a las pensiones, la sanidad o la educación.
En la presentación del informe de la Fundación Alternativas participó también el diputado del Partido Popular José María Beneyto, quien afirmó tajante que “la UE se equivoca de cabo a rabo, es imposible que los ciudadanos se identifiquen con un mercado”, y abogó por trabajar en la conexión del ciudadano por la vía de la cultura, el patrimonio y la historia común de los europeos; además de facilitar la participación ciudadana en la toma de decisiones por nuevos canales.
El informe de la Fundación Alternativas se remata con propuestas concretas, entre las que figura la creación de un seguro de desempleo en la zona del euro, complementario del nacional; la conveniencia de establecer un salario mínimo interprofesional europeo, proporcionado a las condiciones económicas de cada país; la necesidad de impulsar políticas económicas que den prioridad real al crecimiento económico y la creación de empleo; o incrementar hasta el 0,7% del PIB la ayuda al desarrollo, especialmente dirigida hacia los países de origen y tránsito de inmigrantes hacia Europa.
Las instituciones europeas declararon 2013 Año Europeo de los Ciudadanos, con resultados escasos para quienes han elaborado este informe. Se quiso celebrar el vigésimo aniversario del Tratado de Maastricht de 1993, precisamente es el que introduce el concepto de ciudadanía europea e incluye en su texto que “las decisiones serán tomadas de la forma más abierta y próxima a los ciudadanos que sea posible”.
No parece que sea mucho lo avanzado desde entonces.
Aunque se discrepe en las medidas a tomar, la declaración de 2013 deja claro que la UE conoce su problema de desconexión entre las instituciones y los ciudadanos.
Según el último Eurobarómetro, la confianza de los ciudadanos hacia la Unión Europea ha caído hasta el 31%, aún décimas por encima de la que otorgan a los gobiernos nacionales, pero en el caso de Europa ha bajado 26 puntos desde 2007.

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