lunes, 28 de julio de 2014

Millón y medio de musulmanes encaran en España el final del Ramadán

La española, segunda nacionalidad, tras la marroquí, de los musulmanes residentes en España

Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
Centro Cultural Islámico de Madrid (Fotos: PND)
Este lunes 28 de julio, con alguna posibilidad de que sea el martes, depende de la luna, musulmanes de todo el mundo celebran el Id al Fitr, la fiesta del fin del Ramadán.
¿Exótico? No tanto. En España reside millón y medio de musulmanes, y la española ya es la segunda nacionalidad tras la marroquí entre los fieles de esta religión en nuestro país. Durante los últimos 30 días han ayunado del alba al ocaso, un mes de recogimiento, oración, solidaridad y orgullo de pertenencia a su comunidad, una celebración alegre y hacia adentro. Porque a diferencia de otras ocasiones, la festividad este año no ha traspasado el ámbito religioso.
“Es el mes de Ramadán, en que fue revelado el Corán como dirección para los hombres y como prueba clara de la dirección y del criterio. Quien de vosotros esté presente ese mes, que ayune en él. Quien esté enfermo o de viaje, ayunará un número igual de días. Dios quiere hacéroslo fácil y no difícil (…). Comed y bebed hasta que, a la alborada, pueda distinguirse un hilo blanco de un hilo negro. Luego, observad un ayuno riguroso hasta la caída de la noche”. Palabra de Dios, fijada por escrito en la azora número dos del Corán.
Ramadán es el noveno mes del año lunar musulmán, se conmemora la revelación del libro sagrado al profeta Mahoma, allá por el siglo VII, e impone el ayuno diurno, que en España este 2014 se ha prolongado desde aproximadamente las 5 de la mañana a las 9 y media de la noche.
En español se utiliza Ramadán para referirse al ayuno, que es en realidad el precepto religioso, uno de los cinco pilares del Islam junto con la profesión de fe monoteísta, la oración, la peregrinación a La Meca y la ayuda a los necesitados.
Sami el Mushtawi, jefe del departamento de Cultura en el Centro Islámico de Madrid, localizado a orillas de la M-30, lo resume gráficamente para Estrella Digital: “el cuerpo manda más que el espíritu el resto del año, este mes el espíritu manda sobre el cuerpo”.
Entre las restricciones se incluye comer, beber, fumar o mantener relaciones sexuales y malos pensamientos, todo prohibido durante el día y permitido durante la noche, excepto los malos pensamientos.
El último informe demográfico del llamado Observatorio Andalusí, de la Unión de Comunidades Islámicas de España –UCIDE-, ofrece pistas sobre el origen y residencia de esta comunidad: 780.000 marroquíes concentran aproximadamente el 50% de los musulmanes residentes en España, primera nacionalidad que se corresponde con su peso entre los inmigrantes llegados a nuestro país en las últimas décadas.
Más sorprendente es que alrededor del 30% de los musulmanes de España son españoles, con el mismo DNI y pasaporte que el resto de sus compatriotas, en torno al medio millón de personas cuya procedencia, siguiendo el estudio de la UCIDE, procede en buena parte de los extranjeros nacionalizados tras años residiendo en el país –unos 150.000, la mitad desde 2008-, seguidos de los naturales de Ceuta y Melilla, más unos 20.000 musulmanes de origen español convertidos al Islam, a los que se suman los hijos de todos los anteriores.
Por su implantación geográfica, el asentamiento de los musulmanes es mayor en Levante y sureste del país, destacando en número las autonomías de Cataluña (465.000), Andalucía (275.000), Madrid (250.000) y Comunidad Valenciana (180.000), seguidas de Murcia (80.000), y en porcentaje las de Ceuta y Melilla, aproximadamente la mitad de su población; teniendo menor presencia en el cuadrante noroeste peninsular. Por provincia destacarían Barcelona y Madrid, seguidas de Murcia, y en porcentaje Ceuta y Melilla.
El Centro Cultural Islámico de Madrid, inaugurado en 1992 con financiación de la Liga Islámica, principalmente saudí, es el mayor de España y el que cuenta con más medios.
Desde el Centro se han repartido este año 60 toneladas de dátiles, además de libros, material religioso y otros alimentos, en su mayor parte donaciones, por comunidades islámicas de toda España.
La costumbre marca al caer la noche romper el ayuno con algo de leche o dátiles, luego rezar la oración del Mágrib y cenar después en casa o en la mezquita. El Centro ha preparado todos los días del Ramadán comida para más de 500 personas, que pueden cenar en sus instalaciones, y otros cientos para que los fieles puedan llevársela a casa.
Otra cara más modesta del Islam en España se puede encontrar en Majadahonda (zona oeste de Madrid, 70.000 habitantes), donde unas pocas decenas de musulmanes se autofinancian la llamada Asociación cultural Al Fátah, un pequeño local que utilizan de mezquita y donde se reúnen a rezar. Aquí se ve más directamente a las personas, el cansancio acumulado por 14 horas de ayuno, los 37 grados a mitad de la tarde de un día laborable de finales de julio, mayoría de marroquíes, muchos de ellos en paro. No reciben ayuda de ninguna embajada ni institución y tocan a 10 euros por cabeza y mes para pagarse el local. Hay niños corriendo.
La comunidad musulmana en España es buen ejemplo de integración, formada en su mayor parte por población inmigrante en su primera generación, que es la que hace el mayor esfuerzo de adaptación a la sociedad de acogida.
No abundan los estudios sociológicos sobre el Islam en España, y resulta significativo que el Gobierno de Rajoy acabó al tomar posesión hace dos años con una serie de encuestas realizadas de forma ininterrumpida entre 2005 y 2011 patrocinada por los ministerios de Trabajo, Justicia e Interior, un barómetro realizado por Metroscopia con la sana intención de calibrar valores, actitudes y opiniones de la comunidad musulmana de origen inmigrante en España.
La imagen que ofrece el último de los publicados es el de una comunidad muy integrada, un masivo 83% se considera adaptado a la vida y costumbres del país (y nueve de cada diez de los que residen desde hace más de cinco años) y un 67% declara sentirse claramente a gusto en España. La principal causa de insatisfacción es la falta de trabajo.
Vallas publicitarias en los alrededores del
Centro Cultural Islámico de Madrid.
Una de las principales conclusiones que ofrece la encuesta y la relación directa con ellos es que la religión constituye una importante seña de identidad, en bastantes casos equiparable a la identidad nacional, se consideran religiosos y practicantes en mayor proporción que el resto de los españoles con la religión católica.
En una escala de religiosidad de cero a diez (de nada religioso a muy religioso), la comunidad inmigrante de religión musulmana se sitúa en promedio en un 7,5, sustancialmente por encima del 4,6 con el que se define el conjunto de la población española.
Aquí es interesante matizar que Metroscopia recuerda que la declaración de religiosidad debe ser entendida como expresión de una seña de identidad cultural, más que como indicación de práctica religiosa efectiva. En este sentido, sólo la mitad de los musulmanes encuestados se define como “muy practicantes”, porcentaje similar a como la población española se definía hace tres décadas (hoy esta proporción ha bajado a la tercera parte).
En relación con la islamofobia, un 36% considera que existe una actitud de rechazo o recelo hacia los musulmanes, porcentaje que se considera positivo ya que es menor que el de otros países como Francia (43%) o estados Unidos (49%).
La sociología habla de un islamismo tolerante y abierto en España, que rechaza la violencia y acepta sin críticas un estado laico que no otorgue trato especial a ninguna religión. En este sentido, el 79% de los inmigrantes musulmanes considera que los islamistas radicales, pese a la atención mediática que se les dedica, constituyen en realidad solamente una minoría pequeña y fanática.
Preguntado sobre la reciente autoproclamación de un nuevo califa por parte del grupo extremista Estado Islámico en Irak, y la difusión propagandista de un mapa del supuesto Califato que abarca desde los Pirineos a la India- que ha sido generosamente difundido por medios y analistas occidentales-, Mushtawi habla de “gente desubicada”, que sitúa “al margen de la vida civilizada”, que no despierta el mínimo apoyo por parte del musulmán medio. “El Islam ha convivido durante siglos con otras culturas, el Islam es tolerancia, saber, conocimiento”, afirma, y añade que este grupo radical “no representan a nadie, sólo a sí mismos”.
El responsable de la mezquita de Madrid y los musulmanes de Majadahonda no trasladan problemas con su ayuntamiento o el Estado. Más reivindicativo se mostró el presidente de la UCIDE, Riay Tatary, en la reunión mantenida el 17 de julio con el ministro de Educación, José Ignacio Wert, en la que pidió que se ampliara la contratación de profesores de religión musulmana y recibió al menos buenas intenciones por parte del ministro. Actualmente hay 47 profesores de religión islámica en toda España financiados directamente por el Gobierno central y más de 3.000 de religión católica, aunque la cifra real en el segundo caso es mucho mayor. Tatary informó a Wert de que nueve de cada diez alumnos musulmanes en España carecen de clase de religión.
Indiferencia y desinterés se percibe hacia los musulmanes en este Ramadán 2014, y una visión hacia adentro por parte de los propios fieles.
A diferencia de otras ocasiones, sólo en Ceuta y Melilla se ha visto este año a responsables políticos en un acto simbólico como es compartir la ruptura del ayuno con un grupo de musulmanes, por el presidente de la ciudad autónoma en el primer caso, y por parte del ministro del Interior en un hotel de lujo en el segundo.
La actividad de Casa Árabe en Madrid se ha reducido a un concierto en Lavapiés, aunque en Córdoba ha organizado más actividades.
Los musulmanes residentes en España, españoles y extranjeros, sólo parecen despertar el interés público e institucional con asuntos relacionados con la seguridad. Entre crisis y extremismos, parecen malos tiempos para el diálogo. Cada uno en su casa y Dios en la de todos.

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viernes, 25 de julio de 2014

Incendios: más medios, pocos pirómanos

  • El Informe Anual de Seguridad Nacional concluye que de los 2.778 incendios investigados en 2013, únicamente 102 tuvieron origen intencionado
  • Con su capacidad NRBQ, la UME alcanza este año la operatividad completa


Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
Cogolludo (Guadalajara) es el último nombre asociado a la devastación de las llamas en España, que se moviliza todos los veranos contra la primera catástrofe de origen natural. Los medios van mejorando año a año y, para los más graves, destaca la Unidad Militar de Emergencias, que alcanzará este año su operatividad completa más allá de la ya total contra el fuego. Del análisis
de los incendios de 2013 sorprende que el origen intencionado y los actos vandálicos se encuentran en una mínima proporción de los casos.
A pesar de las más de 3.000 hectáreas afectadas en Guadalajara en los últimos días, el inicio del verano con unas temperaturas más suaves de lo normal ha tenido un efecto directo y positivo sobre el balance de este año hasta el 13 de julio: según datos del Ministerio de Agricultura, desde comienzos de 2014 la incidencia de las llamas ha caído en torno al 25% en comparación con la media de la década. Las cifras dicen que se han producido hasta mediados de julio 6.100 incendios, de ellos sólo cuatro afectando a más de 500 hectáreas, y se han quemado 29.000 hectáreas, cifras todas inferiores a la media de los últimos años (7.900 incendios –seis grandes- y 41.000 hectáreas afectadas de todo tipo de superficies, no sólo forestales, datos hasta mitad de julio).
A lo largo de todo el año 2013 se quemaron en España 59.000 hectáreas y del ejercicio destacaron 16 grandes incendios de los que diez se produjeron en el noroeste peninsular.
En los incendios más graves, a petición de la Comunidad Autónoma y coordinado por el Ministerio del Interior, acude la Unidad Militar de Emergencias –UME-, el principal instrumento del Estado contra este tipo de catástrofes.
Además de las condiciones meteorológicas, la propia existencia de la UME y su actuación es una de las principales novedades de la lucha contra el fuego, Unidad por ejemplo que no existía cuando hace nueve años, en otro incendio también en Guadalajara –Riba de Saelices- murieron 11 integrantes de un retén.
Desde su nacimiento en 2005 la Unidad Militar de Emergencias ha realizado 265 intervenciones -85% en incendios- y ha dejado atrás cualquier duda sobre su utilidad y las reservas con las que fue recibida por gran parte del colectivo militar, también por algunas fuerzas políticas.
Este año pone a disposición del Estado 1.500 militares de actuación directa y otros 1.500 de apoyo logístico que se movilizan desde sus cinco bases permanentes –Madrid, Valencia, Zaragoza, León y Morón (Sevilla). De este último lugar dependen efectivos desplegados en Canarias y de Valencia, en Baleares.
“Fuimos pioneros en la extensión de las Fuerzas Armadas a otros campos de la seguridad”, afirma el teniente general Muro en un reciente encuentro con la prensa, una “nueva visión” que extiende las capacidades militares más allá de los conflictos bélicos y acercan a las FAS a la sociedad y al campo más amplio de la seguridad. El responsable de la UME destaca el interés que la Unidad ha despertado y la estrecha relación que se mantiene con todos nuestros vecinos (Francia, Portugal y Marruecos) y especialmente con países latinoamericanos como Ecuador, Brasil, Colombia, Chile o México, que tienen en marcha iniciativas similares o lo quieren implantar.
Una de las novedades de la UME en la actual campaña de incendios es la capacidad de actuación nocturna, horas en las que por razones de seguridad tradicionalmente se interrumpían los medios aéreos o su actuación era poco efectiva por la altura obligada de las intervenciones. En concreto, la Unidad ha puesto en marcha este año una unidad móvil de operaciones nocturnas desde helicópteros con la capacidad de ubicar contenedores de agua y el personal para operarlos en tierra. Además en estos días la UME tiene previsto comenzar a utilizar micro drones, pequeños aviones sin piloto para la vigilancia de la zona de la catástrofe.
En relación con los incendios, el Informe Anual de Seguridad Nacional 2013, recientemente presentado en el Congreso por el director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Jorge Moragas, ofrece datos de interés que en algunos casos destrozan tópicos de generosa circulación.
Dice el informe, sobre las causas de los incendios, que en 2013 las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado participaron en la investigación de 2.778 incendios, de los que únicamente 102 tuvieron origen intencionado. De ellos, 20 se debieron a conflictos cinegéticos –caza-, agrícolas y ganaderos; tres al descontento por la declaración de espacios protegidos; 21 a la quema de rastrojos; 49 a problemas psiquiátricos de los incendiarios; y nueve a actos vandálicos, causa esta última que repiten responsables políticos y medios de comunicación como origen casi exclusivo cada vez que aparece una llama en el monte.
Volviendo a la Unidad Militar de Emergencia, su responsable destaca que ha mantenido e incluso incrementado la operatividad en los últimos años, circunstancia que no se ha producido en otras unidades militares a causa de las restricciones presupuestarias.
El general Muro anuncia que a lo largo de este año la UME alcanzará la operatividad completa por los avances en la última de las capacidades pendientes, conocida como NRBQ –nuclear, radiológico, biológico y químico-. El personal ya está formado y únicamente queda por recibir algo del material que especializa la UME también en la respuesta ante emergencias en centrales nucleares y polígonos industriales con riesgo químico.
Cuando se cumple un año, el 24 de julio de 2013, del accidente de un tren Alvia en Angrois (La Coruña), cerca de Santiago de Compostela, en el que perecieron 79 personas y 146 resultaron heridas, la UME se encuentra instalando en sus dependencias de la base aérea de Torrejón (Madrid) un campo de catástrofes donde en breve podrán entrenar sus equipos y especializarse en accidentes ferroviarios y aéreos, intensificando la colaboración que ya hoy mantienen con ADIF y AENA.


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lunes, 21 de julio de 2014

Acordes y desacuerdos en seguridad nacional

  • El Gobierno entrega a la oposición con 14 horas de plazo un informe de seguridad elaborado hace tres meses referido a 2013
  • La economía, la energía y las infraestructuras críticas se incorporan al listado tradicional de amenazas
  • El Gobierno presenta como seguridad nacional la gestión de todos los ministerios

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
Húsares al galope, de August Macke | Museo Thyssen
El espíritu de Woody Allen ha acompañado este martes en el Congreso al director del Gabinete del presidente Rajoy, Jorge Moragas, en la presentación y debate del primer Informe Anual sobre Seguridad Nacional. El Gobierno lo entregó a los diputados de la oposición a las ocho de la tarde del lunes, pese a que lleva tres meses elaborado y lo tiene editado hace al menos una semana, cuando se presentó al propio rey Felipe VI. Con este motivo, un diputado bromeaba citando una frase del cómico estadounidense: “hice un curso de lectura rápida y fui capaz de leerme ‘Guerra y paz’ en veinte minutos; creo que decía algo de Rusia”.
En el plazo de 14 horas los diputados de la oposición tuvieron que digerir 155 páginas, incluidas siete de siglas y acrónimos imprescindibles para entenderlo. La mayor parte de los grupos parlamentarios mostraron su acuerdo con la música del informe, el hecho de que exista y se pueda debatir, y el desacuerdo con su contenido. Junto con el poco tiempo para analizarlo, la oposición criticó el momento, la presentación de un balance referido a 2013 trascurridos siete meses, lo que explica la ausencia de algunos de los principales conflictos de la actualidad.
Lo más sorprendente es que bajo el concepto de seguridad nacional el Gobierno ha incluido desde su política económica hasta la reforma laboral de Fátima Báñez y la política energética del ministro Soria.
Empezando por la seguridad, porque el informe presentado tiene mucho polizón que se ha introducido a martillazos, tanto el texto del informe como el propio Moragas destacan de 2013 el proceso que ha ido conformando un nuevo sistema de seguridad nacional: la Estrategia aprobada en ese año, la creación del consejo de seguridad nacional en julio de 2013, que se ha reunido cada dos meses, la última con la presidencia del rey Felipe VI el pasado día 10; la elaboración en diciembre de dos estrategias sectoriales, referidas a ciberseguridad y seguridad marítima, con sus respectivos órganos y consejos; o la creación de un llamado Comité de situación, el auténtico gabinete de crisis de Moncloa, el que se reúne de inmediato antes de que se movilicen los ministros.
El director de Gabinete de Rajoy califica convencido de “ejercicio inédito de transparencia” este informe que tiene tres propósitos fundamentales: presentar las actuaciones más destacadas del año de referencia, evaluar el cumplimiento de la Estrategia de Seguridad Nacional en 2013, e identificar nuevos retos a la seguridad nacional y la evolución de los ya identificados.
Moragas llegó a decir en el Congreso que “el sistema que hemos creado se ha convertido en una referencia internacional” -al parecer Japón y México se han inspirado en el nuevo modelo español- y presumió de haber elaborado la primera estrategia de seguridad marítima de la Unión Europea.
El informe parte de la concepción de la seguridad nacional como “un proyecto compartido” por la Administración, la sociedad y el sector privado; y pretende “superar la mentalidad de compartimentos estancos” entre diversos departamentos y organismos, una visión integral de la seguridad. La realidad es que los compartimentos estancos son perfectamente identificables en el texto, la aportación de cada ministerio, y la prueba de las dificultades de integrar una política de seguridad es que el Gobierno ha incumplido su propio compromiso de elaborar un proyecto de Ley Orgánica de Seguridad Nacional, del que debiera tener un borrador a principios de 2014 y hoy ya no se considera una prioridad política.
Entre los capítulos más clásicos de la seguridad figuran la Defensa nacional, los conflictos armados, la lucha contra el crimen organizado, la creciente seguridad marítima y la protección ante emergencias y catástrofes, incendios incluidos. África occidental, el Sahel y el Golfo de Guinea aparecen como las zonas de mayor interés militar, no en vano son el destino de las últimas operaciones de las Fuerzas Armadas, en Malí –donde se reconoce que el norte del país sigue sin control- y la República Centroafricana.
Informa el informe de que en 2013 España desplegó 5.200 militares por todo el mundo –la foto fija es la mitad o incluso menor, teniendo en cuenta los relevos cada seis meses- que tuvo un coste económico de 791 millones de euros. La cifra es similar a años anteriores pero con una reducción de efectivos en el exterior muy acusada, por lo que la factura refleja los elevados gastos del repliegue desde Afganistán aún no detallados.
Entre las nuevas incorporaciones al balance de la seguridad nacional se encuentra la ya hoy omnipresente ciberseguridad, ligada a la protección de infraestructuras críticas. Más allá de la lógica figuran la seguridad económica y financiera y la seguridad energética.
Pescador tocando el violín, de Frans Hals
© Museo Thyssen-Bornemisza
Se podría hablar también de un capítulo de obsesiones del Gobierno, con un epígrafe dedicado a la no proliferación de armas de destrucción masiva, que trasladan al lector a otra época o a otra geografía; y la ordenación de flujos migratorios. El informe se entretiene narrando movimientos y retrocesos nucleares de Corea del Norte e Irán, y el capítulo parece justificado con la referencia final al escudo antimisiles de EEUU/OTAN que utiliza ya la base de Rota en su componente naval. Gibraltar ocupa también un amplio espacio en el informe ligado al fraude financiero y fiscal.
Por último, las inercias tienen su fuerza, también en la seguridad, y ahí cabría incluir las referencias al terrorismo, nacional e importado, y a sus víctimas. Dice el informe que la organización terrorista ETA, máximo exponente del terrorismo autóctono, “se encuentra estratégicamente muy debilitada”, aunque “la organización no tiene intención de disolverse, sino que pretende perpetuarse como agente político y favorecer la actividad de la izquierda abertzale”. No aclaró Moragas la pregunta del diputado del PNV sobre si la actividad política se refería a los partidos que el Tribunal Constitucional declaró perfectamente legales.
En cuanto a las ausencias, el capítulo de contrainteligencia no dice una palabra de la red mundial de espionaje desvelada y puesta en marcha por una multinacional anglosajona que ha alterado las relaciones de confianza entre aliados durante el último año. Tampoco aparecen en el balance de seguridad del Gobierno ni Ucrania –la crisis surge en este en 2014- ni Irak, con el avance del extremismo salafista radical. Varios de los diputados de la oposición en la comparecencia de Moragas han cuestionado la ausencia en el informe de toda referencia al terrorismo de extrema derecha, cuando sí aparece el independentismo radical gallego y atentados de origen anarquista, ambos a la baja.
Sin duda lo más extravagante del Informe Anual de Seguridad Nacional 2013 es encontrarse en su texto la reforma laboral, la tarifa plana de 50 euros para los nuevos autónomos y la ley de colegios profesionales.
Pasando páginas, cuando ya los ministerios de Defensa, Interior e Industria han dicho todo lo que hicieron en 2013, incluidas becas y cursos de formación, aparece un cajón de sastre llamado “Seguridad económica y financiera” que “se configura como un ámbito esencial para la seguridad nacional”.
A lo largo de 14 páginas, la décima parte del documento, aparece la prima de riesgo o la burbuja inmobiliaria, aunque la mayor parte del espacio lo ocupa “el escenario de consolidación de la recuperación de la economía española”, el “regreso paulatino de los inversores extranjeros”, la senda descendente de la inflación, “la moderación de los costes laborales unitarios”, la recuperación de la confianza internacional y las medidas adoptadas en materia socio-laboral. Aparecen también la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016; la reforma de los organismos supervisores, con la creación de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia; y hasta la Ley de Garantía de la Unidad de Mercado aprobada en diciembre.
Durante la comparecencia, el director del Gabinete del Presidente señaló que “actualmente uno de cada tres empleos que se crea en la Unión Europea se crea en España”.
En cuanto al capítulo dedicado a la seguridad energética, aparecen con buen criterio la alta dependencia exterior del suministro de gas y petróleo, la necesidad de reforzar la capacidad de almacenamiento de reservas estratégicas; y como en el caso anterior llega un momento en el que salta cualquier criterio sobre seguridad para glosar la Ley del sector eléctrico de 2013 y la eficiencia energética en edificios de la Administración General del Estado. 
Como en cualquier análisis estratégico, el Gobierno comparte que toda amenaza puede llevar asociada una oportunidad, y así lo considera expresamente en relación con la crisis de la Unión Europea con Rusia y la arriesgada dependencia de gas ruso en el norte del continente, donde el Gobierno ve una posibilidad de negocio, siempre que se incremente las interconexiones de gasoducto con Francia hoy muy reducidas.
A escasos 100 metros de los leones del Congreso donde ha comparecido Jorge Moragas este martes para presentar el primer informe de seguridad nacional, el Museo Thyssen-Bornemisza tiene abierta una exposición temporal -y gratuita- con el título “Acabado/Inacabado”, que distingue la diferencia entre una obra de arte acabada y finalizada, esta última algo distinto a su ejecución formal.
El director del Gabinete del Presidente ha presentado este martes un informe perfectamente acabado y editado hace días por la imprenta del Boletín Oficial del Estado.
El texto reconoce que es una síntesis de las aportaciones de los diferentes ministerios y organismos que han participado en el proceso. Para que la suma de aportaciones se convierta en algo cualitativamente distinto, la reiterada visión integral de la seguridad, aún falta camino. Y al informe anual de 2013 le sobra un tercio del contenido.

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viernes, 18 de julio de 2014

Dora Exploradora, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades

Los españoles, de fronteras adentro, tenemos una sensación de inseguridad que no se corresponde con nuestras tasas bajas de criminalidad; y una tranquilidad de fronteras afuera que choca con un mundo –según nos dicen- repleto de amenazas. Nos sentimos intranquilos en un país seguro y seguros en un mundo inestable, ahí es nada.
Lo anterior implica que quien quiera influir sobre percepciones sociales, aparte de mentalizarse para una estrategia a largo plazo -la comunicación con efectos instantáneos no suele funcionar nunca-, va a tener que afinar el discurso.
Si queremos implicar al ciudadano para que apoye nuestra función o nuestros presupuestos habrá que informar. Y siempre existe el riesgo de excederse en el miedo generado y el personal acabe pensando cómo es posible el nivel de inseguridad que nos rodea teniendo en cuenta los elevados recursos públicos que se destinan a contrarrestarlo.
¿Qué persiguen nuestros responsables políticos, que nos sintamos seguros o que lo estemos? A veces da la impresión de que, trabajando sin duda por la seguridad de la comunidad, prefieren cierta sensación de inseguridad, hace el debate menos exigente.
Siguiendo a Punset, si la felicidad es la ausencia de miedo (de miedos), los mensajes alarmistas disparan directamente contra nuestra estabilidad.
Con este panorama se inicia fase histórica o al menos recambio biológico al frente de la jefatura del Estado, realizado con contundencia, exactamente en 17 días de junio, y marcado por la normalidad y la estabilidad, aunque se ha repetido tanto que al final no ha parecido el asunto ni tan normal ni tan estable.
El anuncio de la ocupación de todos los tejados de Madrid con equipos de francotiradores no transmitió una imagen de estable normalidad. La unanimidad en el proceso de toda la prensa nacional en papel (que no la digital) es fenómeno paranormal digno de análisis.
La estadística sitúa en 39 los años de duración de la jefatura del Estado, ha sido la marca de los dos últimos jefes de Estado, por lo que asumimos una duración similar al recién proclamado Felipe VI.
De aquí a 2053, momento de la proclamación de Leonor como reina de España, si no viene un hermanito varón a complicar la cosa, asistiremos a sucesos sorprendentes. Uno de ellos bien pudiera ser que, de acuerdo con su edad, los Premios Princesa de Asturias fueran concedidos en los próximos años a Dora la Exploradora o a Bob Esponja, personajes que han abonado la curiosidad, el espíritu crítico y el gusto por lo absurdo de miles de niños españoles y de medio planeta.
Para quien no lo conozca, Dora es una niña latina, Dora Márquez, de 7 años que, junto a su amigo Botas (un mono morado antropomorfo de 5 años) emprende en cada episodio un viaje en el que se propone buscar algo que perdió o ayudar a Botas a cumplir con alguna misión. En la versión original norteamericana Dora mezcla palabras en español, y en la española introduce palabras en inglés, con lo que promueve la multiculturalidad y la alianza entre parlantes.
Por su parte, Bob es una esponja marina rectangular y de color amarillo, de apellido Pantalones Cuadrados (en inglés, SpongeBob SquarePants) que vive en el fondo del océano Pacífico, en la ciudad submarina de Fondo de Bikini. La casa de Bob es una piña, donde vive con su mascota, el caracol Gary. Bob Esponja adora su trabajo como cocinero en el restaurante El Crustáceo Crujiente donde pasa la jornada laboral haciendo hamburguesas. Los redactores de la reseña para justificar el premio deberán hacer referencia a la sensibilidad medioambiental de la serie, sus creadores (el principal estudió Biología, una muestra más sobre la utilidad de ciertas carreras) y sus personajes.
Más complicado será en la adolescencia de Leonor, cuando los premios Princesa de Asturias pueden recaer en personajes Disney que en cuestión de meses pasan de las revistas infantiles a la sección de sucesos, detenidos drogados y semidesnudos. Las estrellas Disney tienen una difícil transición a la edad adulta, como personas y como personajes.
Habrá que seguir también en detalle, con incluso mayor interés que hasta ahora, la sección de Cartas al director de los periódicos conservadores, por si aparece una tal Sofía Glücksburg defendiendo los derechos laborales de los generales en la segunda reserva, siguiendo una tradición que va cayendo en desuso de las parejas de los militares que escribían en la prensa –firmaban- para evitar un expediente disciplinario al cónyuge.


lunes, 14 de julio de 2014

Defensa quiere a la OTAN en el Sahel

  • 400 militares españoles en centroáfrica apoyan intervenciones francesas y de la UE
  • Morenés defiende la estabilidad africana como condición para mejorar relaciones comerciales e inversiones

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
La crisis de Ucrania ha fijado el foco de la OTAN en el Este y España pretende que no pierda de vista el Sur, implicar a la Alianza hasta el centro de África. Sin resultados hasta ahora, el ministro de Defensa trata de que la OTAN aterrice en el Sahel –frontera sur del Sáhara- y cinturón africano adyacente, área que el Gobierno ha certificado como origen de todos los males para nuestra seguridad y donde ya trabajan 400 militares españoles, en parte en labores de apoyo a intervenciones de Francia, en parte encuadrados en misiones de la Unión Europea.
Primera toma del T-10 'Hércules' español en Libreville
(Gabón) en marzo de 2014 (Fuente: EMAD).
En apenas dos semanas, en Bruselas, en el Senado, ante el comandante supremo aliado en Europa –SACEUR- de visita en Madrid y en el Congreso, el ministro de Defensa ha insistido en su propuesta a la Alianza Atlántica de que Ucrania no oculte África, y lo reiterará en la próxima cumbre en Cardiff (Gales, Reino Unido) en septiembre.
El Gobierno español ha reaccionado con diligencia a la hora de ofrecer medios militares a la Alianza por la crisis de Ucrania-Crimea-Rusia: ha adelantado a la segunda mitad de este año el despliegue de cuatro cazas españoles Eurofighter para la vigilancia aérea de los países bálticos más una fragata que patrullaría sus aguas, compromiso inicialmente previsto para 2016; acaba de certificar y ofrecer las capacidades del cuartel general terrestre de Bétera por si fuera necesario, más la oferta también de un batallón mecanizado.
Compromiso en Europa oriental a cambio de algo. Porque lo que realmente quiere Pedro Morenés es que la OTAN se implique en el centro de África, donde se está trasladando el peso de la presencia militar exterior tras el repliegue ya casi total de Afganistán.
A principios de julio, en el encuentro con SACEUR en Madrid, Morenés recordó que, además de prestar atención a crisis como la de Ucrania, la OTAN también debe estar atenta a los focos de conflicto que se desarrollan en África. El general Breedlove le  respondió con una educada cambiada: recordó que la OTAN ya está presente en África con la operación marítima “Ocean Shield” de lucha contra la piratería en el océano Índico y reafirmó su compromiso con ella, y dejó claro que no ve por el momento "ningún papel para una operación terrestre" aliada en ese continente.
A finales de junio, el ministro compareció en el Senado para informar de una reciente cumbre de la OTAN en Bruselas, y allí dijo que “no es justamente en el Este donde se concretan y conjuran los mayores peligros para la seguridad de todos los ciudadanos de la Alianza. El Sahel, el sur del Mediterráneo, el golfo de Guinea o los omnipresentes, en cuanto a crisis nos referimos, de Oriente Próximo y Oriente Medio continúan siendo los reservorios de referencia de la violencia e inestabilidad internacional, y así deben ser entendidos y atendidos (…). Más Este en ningún caso puede significar menos Sur (…)”. Más claro: “España considera necesario desarrollar una estrategia integral de la OTAN para toda esta zona”.
Define el Diccionario de la Real Academia el término “reservorio” utilizado por Morenés como “población de seres vivos que aloja de forma crónica el germen de una enfermedad, la cual puede propagarse como epidemia”.
Como última referencia, el ministro compareció el pasado miércoles en el Congreso para informar de la creciente presencia militar de España en centroáfrica, donde dibujó un panorama desolador de la zona para la que pide el compromiso de la OTAN.
Razones estratégicas: “España es el único país europeo con una parte de su territorio ubicada en el continente africano, siendo su seguridad un interés vital. Esta posición geográfica de España le otorga un papel imprescindible en el mantenimiento de la seguridad en la zona”, señaló. “Tampoco se nos oculta que tenemos muchos intereses económicos en África”. Morenés mencionaba la dependencia energética, más del 60% de nuestras importaciones de gas proceden del continente africano (51% de Argelia, 10% de Nigeria), más la compra de petróleo del Golfo de Guinea. Y también otros intereses, “mantenemos copiosas inversiones en infraestructuras de ciertos países, así como intereses agrícolas, industriales o pesqueros de gran entidad”.
Militares de la misión de la UE en la República Centroafricana
(Fuente: Ministerio de Defensa de España).
Problemas de la región: aquí el ministro cargó las tintas, habló de una descolonización deficiente y apresurada, del Sahel como zona de fractura entre las dos principales religiones monoteístas y el animismo africano, de “comportamientos corruptos en los que el abuso de poder y la ilegalidad son norma”, de pobreza extrema, de alto crecimiento demográfico…
Principales riesgos y amenazas: conflictos armados, tráfico de personas, drogas (heroína y cocaína centroamericana), armas, piratería, habló Morenés de una nueva “joint venture” del terrorismo yihadista en Malí, Níger y Libia; habló de inmigración ilegal y lo enlazó directamente con que en España reside más de un millón de africanos (en éste y otros casos incluye a los marroquíes) y 40.000 esperando en Marruecos la oportunidad de cruzar la frontera.

Participación española en operaciones en la zona
Para responder a semejante panorama, España ha puesto sobre el terreno 400 militares, 100 de los cuales -más dos aviones de transporte- realizan trabajos de apoyo desde Dakar (Senegal) y desde Libreville (Gabón) a operaciones francesas en Malí y la República Centroafricana. En ambos países España participa también en misiones de la Unión Europea con dos centenares de militares, la mayor parte en trabajos de adiestramiento, también con unidades de operaciones especiales. Otro centenar está desplegado en Somalia, sin contar el personal embarcado en el cuerno de África.
El portavoz del Grupo Socialista, Diego López Garrido, preguntó al ministro cuál es el proceso político en estos países a medio plazo que la presencia militar española quiere apoyar, pregunta que quedó sin respuesta. Fue más explicito el ministro al comentar que la intervención española en esos países aporta estabilidad, seguridad necesaria también para la expansión industrial y comercial de España en la zona.
Morenés reconoce con naturalidad la condición subalterna de España respecto a Francia en el centro de África, “colaboramos estrechamente con Francia, que ha asumido el liderazgo occidental respecto de África occidental y central”, por ello constituye “el aliado de referencia para la actuación bilateral”.
Se lamentaba Pedro Morenés el pasado miércoles en la Comisión de Defensa del Congreso que “desgraciadamente, ni el liderazgo francés ni nuestro énfasis en la región han conseguido convencer del todo a algunos de nuestros socios y aliados, tanto de la UE como en la OTAN, de que el sur del Mediterráneo, el Sahel y el Golfo de Guinea, por este orden, forman parte plenamente de nuestro entorno de seguridad inmediata y, como tal, deben ser priorizados y tratados”. Reconocimiento de fracaso.
Próximo intento, en septiembre, en Gales. Entretanto seguimos en África, apoyando a Francia y por nuestra cuenta. ¿Marco político en esos escenarios a medio plazo, situación final o de salida? Desconocido.


jueves, 10 de julio de 2014

El Gobierno aparca la Ley de seguridad nacional

Descartado el primer objetivo del Consejo de Seguridad Nacional, que hoy preside el rey Felipe VI

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
Carpetazo. El Gobierno renuncia a sacar adelante una Ley Orgánica de la Seguridad Nacional, tal y como se comprometió hace apenas un año. Nada oirá sobre el asunto el rey Felipe VI cuando hoy presida por primera vez en el palacio de la Zarzuela el Consejo de Seguridad Nacional, en cuyo nacimiento se puso esa Ley como primer y gran objetivo. Las rencillas entre ministerios y el bajo perfil político del Departamento de Seguridad de Moncloa han parado el proceso apenas iniciado. El próximo día 15 el Congreso tendrá ocasión de debatir sobre el asunto, oportunidad única desde que se aprobó la Estrategia de Seguridad Nacional.
“En el plazo de seis meses desde su constitución” –que se produjo en julio de 2013-, “el Consejo de Seguridad Nacional elaborará una propuesta de anteproyecto de Ley Orgánica de Seguridad Nacional para su posterior elevación al Consejo de Ministros”, se puso por escrito en la Estrategia de Seguridad Nacional, aprobada el 31 de mayo de 2013. Ni en seis meses ni en un año.
“No es ahora lo más prioritario”, dicen desde Moncloa fuentes relacionadas con el tema que piden no ser identificadas. “Quizá a lo largo de la legislatura”, añaden, posibilidad del todo improbable teniendo en cuenta que una ley de este tipo, por su carácter de orgánica, requiere de un largo trámite de negociación del Gobierno con los grupos parlamentarios y de un apoyo final de la mayoría absoluta de la Cámara. Pasado ya el ecuador de la legislatura, portavoces de Defensa del Congreso confirman a Estrella Digital que no han visto un papel sobre el tema.
Imagen de la primera reunión del Consejo de Seguridad
Nacional el 11 de julio de 2013.
Con carácter previo, esta Ley hubiera requerido sobre todo el acuerdo dentro del propio Gobierno entre los distintos departamentos. La parálisis actual revela que Moncloa no ha logrado imponerse a los ministerios directamente afectados, principalmente Defensa, Interior y Exteriores, cada uno celoso de sus competencias y especialmente el primero, escéptico a que Presidencia dirija un ámbito que considera propio.
La Ley hubiera sido hija legítima de la Estrategia, y ambas una base fundamental para establecer una visión integral de la seguridad, más amplia y actualizada que la tradicional y rígida distinción entre seguridad interior y exterior, o afrontar riesgos y amenazas exclusivamente desde el punto de vista militar. La OTAN y la Unión Europea cuentan con un concepto estratégico que supera por elevación esos compartimentos estancos, aunque cada uno de ellos requiera luego un tratamiento específico pero coherente con un enfoque de conjunto.
Una Ley de Seguridad Nacional hubiera obligado también a modificar contenidos y competencias recogidos, por ejemplo, en la Ley Orgánica de la Defensa Nacional de 2005.

Un año de Consejo, seis reuniones, dos estrategias

El Consejo de Seguridad Nacional es una comisión delegada del Gobierno para asuntos relacionados con la seguridad que preside habitualmente el presidente excepto cuando el rey asiste a sus reuniones. La de hoy será la sexta convocatoria desde su constitución.
El proceso que nace con la aprobación de la Estrategia y la creación del Consejo Nacional de Seguridad hace ahora 12 meses sí ha tenido algunos progresos: en diciembre se aprobaron la Estrategia de Ciberseguridad y la Estrategia de Seguridad Marítima, ambas completadas luego con un Consejo sectorial.
También se ha avanzado con la creación de un denominado Comité de Situación, el órgano de más ágil y rápida convocatoria para dirigir y coordinar las actuaciones de gestión en situaciones de crisis, convocatoria que aún no se ha producido.
El Sistema de Seguridad Nacional puesto en marcha por el Gobierno del Partido Popular a partir de 2012  responde a un concepto presidencialista similar al existente en países como Estados Unidos, Reino Unido o Francia. La particularidad en el caso español es que Rajoy no ejerce, al menos públicamente, “la dirección y liderazgo del presidente del Gobierno” que la Estrategia le adjudica en temas de seguridad.
El encargado de presentar ante el Parlamento en julio de 2013 la Estrategia de Seguridad Nacional no fue el presidente, sino su director de Gabinete, Jorge Moragas, que hizo un canto a la futura ley, al consenso y a las políticas de Estado. En aquel momento hace ahora un año declaró en sede parlamentaria que “nos hemos planteado ese compromiso ambicioso de poner en marcha y presentar al Gobierno un anteproyecto de ley orgánica de seguridad nacional en un periodo de seis meses y lo que puedo garantizarle, en la medida en que esa será también mi responsabilidad, es favorecer el diálogo, el contacto, el contraste de opiniones, de forma discreta con las distintas fuerzas políticas para que esa ley orgánica tenga el mayor respaldo posible y creo que eso difícilmente puede tener un sesgo ideológico”.
También será el mismo Moragas el elegido el próximo día 15 de julio para presentar en la Comisión Constitucional del Congreso el primer informe anual de seguridad nacional. Ese balance de situación y logros alcanzados fue aprobado en el mes de abril en la anterior reunión del Consejo y, tres meses más tarde, se ha querido presentarlo al rey Felipe VI en la reunión de hoy antes de llevarlo al Parlamento y hacerlo público.
Altos cargos del actual y anteriores Gobiernos vinculados a la seguridad critican en privado que no sea Rajoy quien pilote la Estrategia e impulse el debate público y parlamentario sobre seguridad y defensa, una oportunidad perdida para hacer pedagogía. Su presencia –afirman- trasladaría claramente a los ciudadanos la importancia que concede el Gobierno a la seguridad en sus discursos.


sábado, 5 de julio de 2014

España controla la defensa aérea de la OTAN en media Europa

El CAOC de Torrejón vigila y coordina el espacio aéreo desde Azores a la frontera este de Turquía


Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
El comandante supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa -SACEUR-, general estadounidense Philip M. Breedlove, ha certificado el pasado jueves en la base de Torrejón (Madrid) la plena operatividad del nuevo Centro de Operaciones Aéreas Combinadas -CAOC TJ- de la OTAN: bajo el mando directo de un general español, el CAOC de Torrejón es responsable del espacio aéreo en un área de más de 6.000 kilómetros desde las islas Azores hasta Rumanía, y desde las islas Canarias hasta Turquía, en conjunto 12 países del sur y este de Europa y el control de todo el Mediterráneo, el Mar Negro -que baña la últimamente conflictiva Ucrania-Crimea-Rusia- y parte del Atlántico.
Cerca de 200 militares de 16 países –la cuarta parte españoles- trabajan en este nuevo Centro que es consecuencia de la reorganización de la OTAN decidida en la cumbre de la OTAN de Lisboa en 2010, cuando los jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza acordaron el nuevo concepto estratégico de la OTAN para una década, que se materializó en junio de 2011, con Carme Chacón como ministra de Defensa, en una nueva estructura de mandos y distribución geográfica de cuarteles generales de la Alianza. En esas cumbres la OTAN decidió adelgazar su estructura, cerrar algunas instalaciones, como el cuartel de Retamares en las cercanías de Madrid, y en compensación se consiguió negociar nuevas responsabilidades para España.
El comandante supremo de la OTAN en Europa, general Breedlove,
pasa revista acompañado del JEMAD, almirante García Sánchez
(de blanco). Foto: Carlos Penedo.
El general de división español Rubén Carlos García Servert, al mando del CAOC de Torrejón, señala que “a raíz de la cumbre de 2010 España ganó muchísimo, hay que tener en cuenta que en Europa quedan solamente nueve cuarteles generales de la estructura de mando de la OTAN, la mayor parte de los países europeos no lo tienen, y la materialización de esa decisión política en la cumbre de Lisboa la tenemos hoy aquí, está implementado nuestro cuartel general, operativo, y con un prestigio importante”.
Desde Torrejón, con una capacidad inicial desde enero de 2013, ahora completada, se atienden dos misiones principales: el mando y control aéreo en todo lo relativo a la defensa aérea en el sur de Europa y la capacidad de poder desplegar a su personal en la gestión de una crisis como parte del componente aéreo de una operación.
Con la nueva estructura, el CAOC de Torrejón junto con el ubicado en la localidad alemana de Ueden, ambos dependientes del cuartel general aéreo de Ramstein (Alemania), cubren todo el continente y hasta parte de Oriente Próximo. En este sentido, el general García Servet confirma que con sus sistemas se tuvo constancia de operaciones en el mes de marzo desde Turquía que abatieron un avión militar sirio, que se trató –afirma- de una operación nacional sin intervención alguna de la Alianza.
El Centro de Torrejón integra información facilitada por 90 radares de seguimiento y 30 centros de control aéreo repartidos por toda Europa, y tiene responsabilidad sobre 37 unidades de caza, formadas por una o más parejas de aeronaves, localizados en 26 bases aéreas listas para identificar una traza aérea sospechosa.
El nuevo CAOC de Torrejón se ha desarrollado en su ubicación física a partir del antiguo centro que controlaba la seguridad aérea de España y Portugal, como parte de la antigua estructura de diez centros de control hoy reducidos a dos que se reparten el continente en una línea imaginaria que atraviesa Francia y se prolonga hacia el este hasta el Mar Negro, abarcando todo el Mediterráneo hasta su orilla sur.
Los responsables de Torrejón informan de que están en marcha los trabajos de instalación del paquete de capacidades del sistema de mando y control de la OTAN en una localización también cercana de la base aérea a la que se mudarán en 2016: un gigantesco búnker subterráneo que aparenta visualmente ser una colina con su tierra y vegetación por encima. La financiación de las actuales y próximas instalaciones corre a cargo del presupuesto común de la OTAN.
Pista de la base aérea de Torrejón, con un F-18 y un avión de guerra
electrónica, y al fondo la colina artificial que esconde el búnker que
albergará la futura sede del CAOC (Foto: Carlos Penedo).
El acto celebrado en Torrejón estuvo presidido por el jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante García Sánchez, que concedió a SACEUR la Gran Cruz del Mérito Aeronáutico por su apoyo durante el proceso de implementación. Por su parte, el comandante supremo de la OTAN en Europa entregó al Centro su guión, bandera que marca simbólicamente la puesta de largo de la instalación, su capacidad operativa plena. Se da la circunstancia de que el general Breedlove estuvo destinado en la misma base aérea de Torrejón a mitad de los ochenta como comandante de un F-16.
Aunque de naturaleza diferente y en este caso de dependencia exclusivamente nacional, no OTAN, el CAOC de Torrejón tiene una contraparte en Cartagena, el denominado Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima –COVAM-, que entró en funcionamiento en 2006, con capacidad para controlar la ubicación y movimiento de hasta 50.000 buques navegando las 24 horas al día por todo el mundo.
El COVAM es el centro neurálgico de la Fuerza de Acción Marítima donde se recibe y analiza toda la información relativa a los espacios marítimos de interés para conocer en tiempo real lo que está ocurriendo en esos espacios. Dicha información es aportada a la Fuerza de la Armada en la mar y a las agencias civiles que lo requieran.
El COVAM de Cartagena mantiene un foco especial sobre dos áreas de interés específico, el Golfo de Guinea y el Océano Índico, donde España cuenta con intereses y medios militares y donde operan además buques pesqueros y mercantes de bandera española o de vinculación nacional sobre los que la Armada se emplea para mejorar su seguridad.
Con ambas instalaciones, para el tráfico aéreo en Torrejón y para el tráfico marítimo en Cartagena, las Fuerzas Armadas y el propio Estado cuentan con una capacidad desconocida hace sólo un lustro para el control y la seguridad de buques y aviones, con un alcance mucho más allá de los tradicionales espacio aéreo nacional y aguas territoriales.


martes, 1 de julio de 2014

España, ¿país seguro?

  • Con tasas de delincuencia de las más bajas de Europa, los responsables políticos alarman sobre amenazas ligadas al ciberespacio y al terrorismo yihadista
  • Ministro de Defensa: “Las Fuerzas Armadas españolas están a la vanguardia de la seguridad en el ciberespacio"

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
España es uno de los países más seguros de Europa, pero los ciudadanos no lo sienten así. Mientras, los responsables políticos alarman sobre la creciente amenaza ligada al terrorismo yihadista y al cibercrimen, sin datos que respalden el miedo generado. Los especialistas distinguen entre sentirse seguro y estarlo realmente. La seguridad es subjetiva.
Un reciente estudio de La Caixa ofrecía la conclusión de que el miedo a la delincuencia en España está más extendido que la propia delincuencia, es decir, que la criminalidad es menor que la percepción social que tienen los españoles de vivir en un entorno inseguro.
La tasa de delitos en España -46 por cada 1.000 habitantes- se encuentra 17 puntos por debajo de la media de la Unión Europea, ha caído hasta niveles de 2001 y tan sólo tres países de los 28 tienen una tasa menor que la española –Grecia, Portugal e Italia-. España es además el país con el número de asesinatos más bajo de Europa en relación con su población.
En lo que sí destaca España en toda Europa es en población reclusa –hay más personas en la cárcel que en Alemania-, pero eso está más relacionado con la política penitenciaria y el código penal que con la seguridad.
La Asociación de Periodistas Europeos ha celebrado la semana pasada en Toledo un seminario sobre seguridad y defensa centrado en las ciberamenazas, por el que pasaron el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez; el director del CNI, Félix Sanz, y el ministro de Defensa, Pedro Morenés, además de especialistas de la Administración pública y del sector privado. A continuación, algunos de sus mensajes.

Coordinación cibernética

El secretario de Estado de Seguridad informó de la reciente creación de la Oficina de Coordinación Cibernética, que tiene por objetivo centralizar todas las actividades relacionadas con la cibercriminalidad, el ciberterrorismo y la protección de las infraestructuras críticas. Esta oficina se ha diseñado para que sirva de enlace entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el Centro de Respuesta a Incidentes de Seguridad Cibernética, ubicado en León.
El secretario de Estado destacó varias acciones que se han desarrollado en España contra el ciberterrorismo: una de ellas, la denominada Operación Araña en 2013, donde fueron detenidas 21 personas por usar las redes sociales para enaltecer el terrorismo de ETA, así como para humillar a las víctimas. Asimismo, Martínez recordó la condena de ocho años impuesta por la Audiencia Nacional contra Mudhar Husein Al Malaki, conocido como el bibliotecario de Al Qaeda, por difundir material de exaltación al terrorismo yihadista.

Ciberseguridad ante “riesgos gigantescos”

El ministro de Defensa se muestra especialmente alarmista y alarmado sobre las amenazas del ciberespacio. En Toledo, Morenés habló de “riesgos gigantescos”, de que con un apagón digital la sociedad que conocemos podría sufrir un retroceso de seis décadas. El ministro, sin mucha concreción, señaló que “la OTAN recibe varios millones de ataques desde el ciberespacio a la semana… o al mes, decenas de miles de ataques al día”.
Como muestra de la prioridad que el Ministerio concede a este campo, Morenés recordó la creación en 2013 del Mando Conjunto de Ciberdefensa, y anunció para 2015 un incremento del presupuesto destinado a ciberseguridad, si bien no mencionó cifras actuales ni futuras. “Nuestros militares están en la vanguardia de la seguridad en el ciberespacio”, afirmó el ministro.
Para el presidente de la empresa tecnológica Indra, Javier Monzón, “la seguridad clásica ha estado muy concentrada en proteger entornos específicos, ahora se trata de proteger el dato en todo su recorrido”. Señala Monzón que el reto actual es incorporar ciberseguridad a sistemas que fueron diseñados sin ella, y apunta hacia tres entornos prioritarios que deben centrar la atención de responsables en ciberseguridad públicos y privados, es decir, entornos donde existe demanda: sistemas complejos de seguridad que se integran en sistemas nacionales, como la información oficial y sus instalaciones; un segundo nivel de infraestructuras, servicios y operaciones críticas, donde se encuentran agentes públicos y privados; y un tercer nivel relacionado con consumo y demandas de los ciudadanos, como las redes sociales.

Interior ficha a operadores críticos privados

La Oficina de Coordinación Cibernética del Ministerio del Interior ha tenido un protagonismo reciente con motivo de la proclamación del rey Felipe VI al coordinar el dispositivo de ciberseguridad puesto en marcha por vez primera en nuestro país para reforzar la protección de las infraestructuras críticas nacionales. Nadie ha explicado el dispositivo en detalle ni los resultados.
Sí refleja el interés generalizado por parte de todos los actores relacionados con la seguridad hacia operadores e infraestructuras que soportan servicios esenciales para la sociedad, el 80% en manos privadas, potencialmente vulnerables a un ataque desde el ciberespacio con graves consecuencias. Desde Interior se han identificado doce sectores estratégicos: Administración, agua, alimentación, energía, espacio, industria química, industria nuclear, instalaciones de investigación, salud, sistema financiero y tributario, tecnologías de la información y las comunicaciones, y transporte.
En el Seminario de Toledo, el director del Centro Nacional para la Protección de Infraestructuras Críticas, Fernando José Sánchez, anunció la inmediata designación por parte del Ministerio del Interior de 37 operadores críticos, “entidades u organismos responsables de las inversiones y del funcionamiento de una instalación, red, sistema o equipo físico o de tecnología de la información designada como infraestructura crítica por proporcionar un servicio indispensable para la sociedad”. Estos operadores críticos, en su mayor parte privados, deberán cumplir requisitos exigentes de seguridad: elaborar el Plan de Seguridad del Operador y mantenerlo actualizado, elaborar un Plan de Protección Específico por cada una de las infraestructuras consideradas como críticas, designar un responsable de seguridad y enlace, designar un delegado de seguridad por cada una de las infraestructuras consideradas críticas por el Ministerio del Interior.

Yihadismo y CNI en “un mundo en ebullición”

“El ciudadano tiene todo el derecho a sentirse seguro”, señala el director del CNI, “que es diferente a estarlo”.
Como recuerda su máximo responsable en toda comparecencia pública, el objetivo del Centro Nacional de Inteligencia es “proporcionar al Gobierno elementos de juicio para tomar decisiones estratégicas”, y esos elementos o decisiones pueden estar en el ámbito de la seguridad o el terrorismo, pero también en el campo de la inteligencia económica o concursos internacionales de empresas españolas de diversos sectores considerados de importancia.
Para Félix Sanz, que esta semana cumple cinco años en el cargo, por lo que debe ser confirmado en el puesto –al parecer lo más probable- o sustituido, “estamos viviendo un momento de sorpresa permanente”, y considera que “el mundo está en ebullición”, lo que implica la puesta en marcha de procedimientos nuevos y elementos de análisis nuevos, que no explica.
En el seminario toledano el director del CNI concretó algo dos prioridades del Centro a corto plazo: incrementar el número de agentes en el exterior y poner en marcha un nuevo sistema de formación que mejore la inteligencia humana, la conseguida y elaborada por los agentes, más allá de la tecnología.
La lucha contra el terrorismo radical es el primer objetivo del CNI, según reconoce su director, y traslada la preocupación y actuación del Centro hacia los yihadistas que viajan a Malí o Siria, dando a entender que esos escenarios juegan un papel imprescindible en la radicalización de un posible terrorista que pueda regresar y actuar en España, una etapa obligada.
El director del CNI dio por buenos las cifras que maneja el Ministerio del Interior sobre yihadismo: más de 10.000 combatientes extranjeros están luchando en Siria, de los cuales, más de 3.000 proceden de Europa y se han integrado en organizaciones afiliadas en la órbita de Al Qaeda, de ellos unas decenas desde España.
Entre 2001 y 2014  se han realizado en España 23 operaciones contra el entorno yihadista. La última de ellas se llevó a cabo este mes de junio en Madrid donde agentes de la Comisaría General de Información detuvieron a nueve personas que formaban parte de una red internacional de captación y envío de yihadistas para su integración en la organización terrorista Estado Islámico de Irak y el Levante que actúa en Siria e Irak.
En los últimos dos años y medio las fuerzas de seguridad han detenido en España a 50 personas acusadas de pertenecer al terrorismo islamista, cifra sensiblemente inferior a los detenidos relacionados con la banda terrorista ETA (71).

Simbiosis público-privada

En ciberseguridad, también en relación con los servicios de inteligencia, no se habla de otra cosa que de colaboración. Aparentemente el mundo de la seguridad en las redes muta con tal velocidad y abarca campos tan distintos que nadie es capaz de actuar eficazmente en solitario, lo que fuerza la cooperación internacional, la integración de esfuerzos a nivel nacional y el trabajo conjunto entre organismos públicos y empresas privadas.
Por parte del CNI, su director reconoce una “simbiosis creciente con entes privados”, y señala abiertamente que escuelas de negocios tienen mayor competencia que el Centro para analizar, por ejemplo, ciertos acontecimientos económicos ligados con la deuda española, con lo que implícitamente reconoce el trabajo conjunto. “La inteligencia no es monopolio del CNI”, añade Sanz.
En el mismo sentido, el presidente de Indra destaca que en el mundo de la ciberseguridad se está produciendo una “cooperación desconocida” entre clientes y proveedores, entre sector público y privado, entre grandes empresas y pymes, entre sectores diferentes económicos e industriales y entre naciones. Señala Monzón que “no hay hoy ninguna organización capaz de reunir todas las habilidades necesarias ni que tenga los recursos para hacerlo”.
El ciberespacio favorece la conexión y la cooperación, también en seguridad.

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