domingo, 26 de octubre de 2014

Aznar propone una OTAN ampliada al Atlántico sur

El expresidente defiende el vínculo atlántico de España y Europa, una mezcla de seguridad, valores y economía 

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
El expresidente haciéndose fotos con los asistentes (Foto: PND).
"No hay culturas mejores que otras, pero las hay peores". José María Aznar defendió en la tarde de este jueves en Madrid el vínculo trasatlántico como garantía de seguridad y prosperidad para España y toda Europa. "España ha sido importante cuando su relación atlántica ha sido fuerte", dijo.
En una especie de lección magistral de 45 minutos, sin preguntas ni coloquio final, el expresidente se definió como "un atlantista convencido, con razones fundadas y numerosas, personales, históricas, políticas y económicas". En su opinión, las relaciones entre las dos orillas del Atlántico están lejos de su mejor momento: detecta falta de actuación, por ejemplo en la guerra civil siria; critica especialmente la falta de capacidades militares en Europa y la bajada de los presupuestos de Defensa. "Para Europa es imposible e indeseable los actuales niveles de capacidad militar", afirmó.
"Si no hacemos nada, el centro de gravedad del mundo acabara en cualquier parte", señaló Aznar en relación con el giro estratégico de Estados Unidos hacia el Pacífico, lo que obliga a Europa, en su opinión, a hacer más, especialmente en materia de seguridad. De una visión bastante crítica sobre la actualidad sólo salvó el acuerdo comercial que la Unión Europea y Estados Unidos se encuentran negociando desde hace meses.
El ex presidente del Gobierno entre 1996 y 2004 concedió un especial protagonismo en su charla a la seguridad, animando a no olvidar que "la reconstrucción social, económica y política de los estados europeos y la creación misma de las Comunidades Europeas" tras la segunda guerra mundial "fue posible por la seguridad de EE.UU. y la Alianza Atlántica". "La alianza entre ambas orillas permitió derrotar al nazismo y la Unión Soviética", añadió. El caso europeo le sirvió de ejemplo para explicar que la seguridad es condición imprescindible del progreso.
Seguridad, economía y valores: "la comunidad de principios que europeos y americanos compartimos", entre los que mencionó la libertad personal, el Estado de derecho, la economía de mercado, la igualdad sexos o el pluralismo político y social.
Esta gran alianza necesaria entre las dos orillas del Atlántico Aznar no la reduce al norte, entre Europa y Estados Unidos. En este sentido hizo varias referencias a que es necesario mirar e integrar también en esta relación, se entiende que en materia de seguridad aunque en estructuras más flexibles que las actuales de la OTAN, a Latinoamérica o al menos a algunos países como México, Chile, Colombia y Perú, que recientemente han firmado un acuerdo de integración regional; y se mostró favorable asimismo a la incorporación de algunos países africanos especialmente dinámicos.
En el área económica, Aznar destacó que la cuenca atlántica es la más potente del mundo, concentrando el 50% del PIB del planeta y un lugar destacado en transacciones comerciales, actividad económica e incluso materias primas. En este apartado el expresidente hizo varias referencias a la revolución energética protagonizada por Estados Unidos, que le llevará en dos años a superar a Rusia como primer productor mundial de gas y en cuatro a Araba Saudí en petróleo. Indirectamente Aznar se mostraba partidario, también para nuestro país, de la explotación de petróleo y gas de esquisto, que requiere la fractura subterránea de las rocas donde se encuentra mezclado, lo que aún provoca en Europa fuertes resistencias.
Techo del espacio donde se celebró la conferencia, el salón
de baile del antiguo palacio de la familia Urquijo,
hoy sede de la CNMC (Foto: PND).
En cuanto a referencias de actualidad, el expresidente señaló que "la amenaza yihadista en Irak obliga a Occidente a dar una respuesta eficaz", y en referencia a Siria, cuya situación de caos ha permitido el surgimiento del grupo Estado Islámico, el expresidente señaló que "no sólo intervenir tiene costes, no intervenir también los tiene y a veces mucho más altos".
Criticó Aznar la pérdida de una razón de ser compartida por todos los miembros de la OTAN, convertida, al menos hasta la crisis de Ucrania, en una especie de agencia para compartir recursos militares, e indirectamente parecía partidario de la intervención de la OTAN en Irak.
En cualquier caso, echa de menos el "concienciar a la población sobre la magnitud de la amenaza y la necesidad de una lucha prolongada en el tiempo, un trabajo político de primer orden" que no parece encontrar en los actuales dirigentes políticos de Europa y España.
"La  OTAN tiene que recuperar su sentido histórico, que hoy es la lucha contra la amenaza terrorista en Oriente Próximo", señaló.
En referencias a política nacional, para Aznar "nuestro modelo de convivencia no necesita enmiendas a la totalidad", y finalizó afirmando que "a pesar de las dificultades económicas y del populismo, España es un país extraordinario".
El ex presidente del Gobierno pronunció su conferencia en un acto organizado por la Asociación Atlántica Española, presidida por Eduardo Serra, ministro de Defensa en el primer Gobierno de Aznar entre 1996 y 2000. La asociación, en palabras de Serra, es "el brazo civil de la Alianza Atlántica" y tiene como misión explicar a la opinión pública las ventajas y la necesidad de cultivar la cultura de defensa y seguridad. En la breve presentación del ponente, Serra hizo mención a un reciente artículo en The New York Times que al parecer demostraba que Saddam Husein realmente sí tenía armas de destrucción masiva, el principal argumento utilizado para la invasión de Irak de 2003 y reconocido como falso hasta por los presidentes de Estados Unidos. Aznar no hizo referencia alguna al asunto.
A la finalización de la conferencia, en la calle Barquillo de Madrid, se veían camisetas verdes y decenas de furgones policiales que habían tomado el centro de la ciudad con motivo de una manifestación en contra de la LOMCE y de los recortes en educación, y protegían especialmente el cercano Ministerio en la calle de Alcalá. A unos cientos de metros, por la Gran Vía madrileña, marchaban minutos después algunas personas con pancartas, la que más abundaba decía "Blesa y Rato, estafadores".


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