jueves, 2 de julio de 2015

Paro descomunal, empleos que no se cubren y nuevo modelo por inventar

ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS DE EMPLEO
La economía española crea ya empleo, pero el mercado de trabajo está obsoleto. Administraciones públicas y agentes privados buscan vías de colaboración

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
La crisis ha destruido más de tres millones de afiliados a la Seguridad
Social, de los que se ha recuperado un millón en el último año. | PND
Durante el último trimestre de 2014, según la oficina europea de estadística Eurostat, mas de 55.000 ofertas de trabajo no pudieron ser cubiertas en España porque las empresas no lograron encontrar candidatos con el perfil y las competencias adecuados. Parece, por tanto, que algo hay que mejorar en la conexión entre la oferta y la demanda.
ASDACE, asociación de agencias de colocación y empleo perteneciente a la CEOE, ha organizado este jueves en Madrid una jornada con el título "Trabajando por el empleo", donde ha reunido a administración, agentes públicos y privados para analizar el mercado de trabajo en España y estudiar vías de colaboración entre empresas empleadoras, servicios privados de empleo y administraciones.
Durante los últimos doce meses se han creado en España más de medio millón de puestos de trabajo, aunque las cifras de paro siguen desorbitadas: 4.215.000 los desempleados registrados en los servicios públicos de empleo, 5.444.000 según la encuesta de la EPA, una tasa de paro del 23,8% de la población activa; y un descenso de los parados según ambas fuentes en el último año que ronda el 8%.
Si la economía española consolida un crecimiento anual superior al 2,5% y se mantiene, facilitará el acceso al primer empleo de muchos y que muchos parados vuelvan a encontrar un puesto de trabajo. El reto para administraciones públicas y agencias de colocación es cómo intervenir.
Para el presidente de ASDACE, Francisco Expósito, "vivimos un momento decisivo en el mercado de trabajo, la economía crece, millones de personas buscan empleo, crece también el número de empleos que quedan vacantes" y, en muchos casos, "las empresas no encuentran los candidatos más adecuados" para cubrir las ofertas. Desde su asociación, creada hace un año, persiguen estrechar los lazos de cooperación y de diálogo entre todos los operadores, públicos y privados, "ayudar a construir un mercado de trabajo más eficiente, mas transparente y luchar contra la economía sumergida".
En este aspecto insiste Francisco Rueda, director gerente de ASDACE, la participación de agentes privados en la intermediación laboral aflora empleo ahora al margen de la Seguridad Social. "La competencia no son los servicios públicos de empleo, es la economía sumergida", afirma, y pone el ejemplo del trabajo a domicilio, "el problema son los trabajadores que no están dados de alta", y también circuitos paralelos muy voluntaristas en el mejor de los casos que incentivan un mercado laboral en negro.

Diagnóstico de la situación

"El descomunal problema del empleo en nuestro país se ha venido agudizando con esta crisis especialmente destructora del tejido productivo y laboral", afirma José Antonio Herce, doctor en economía de la Universidad Complutense de Madrid y responsable de Analistas Financieros Internacionales.
En primer lugar, considera que la situación actual del mercado de trabajo es positiva: "con la devastadora recesión laboral, que se inicia en 2008 y concluye a finales de 2013, la afiliación a la Seguridad Social llegó a disminuir en 3,2 millones de personas, pero se ha recuperado un millón de afiliados respecto al mínimo de enero de 2014, lo que está muy bien se mire por donde se mire, independientemente de la calidad del empleo". Añade que "estamos en un punto en el que debería empezar a cundir el optimismo", aunque con nubarrones futuros.
Este analista tiene "pocas dudas de que las reformas del mercado de trabajo nos está permitiendo extraer mas empleo de cada punto de crecimiento del PIB", favorecido también por la depreciación del euro, los actuales bajos costes financieros y los bajos precios del petróleo.
También apunta Herce hacia el futuro, y ahí es imprescindible tener en cuenta factores como la dificultad de las empresas para encontrar determinados perfiles o el contexto demográfico, el progresivo envejecimiento de la población, también la prolongación de la vida laboral activa de los ciudadanos. "Hasta 2023 (por edad y por emigración) dos millones de personas van a desaparecer de la población activa, lo que sería una excelente noticia para la tasa de paro, la gran paradoja es que no es seguro que los parados vayan a encontrar un empleo".
Entre las sombras apunta a que "no tenemos capacidad administrativa, de gestión, de identificar perfiles, para emplear a la mitad de los parados, cómo mejorar la empleabilidad, no estamos usando el big data; junto con la "dualidad monstruosa" entre trabajadores fijos y temporales que le llevan a aconsejar una simplificación fuerte de los tipos de contratos. "Las cosas no van a ser como han sido", sentencia.

Reformar servicios públicos de empleo

ASDACE persigue representar un sector formado por alrededor de 1.600 empresas que operan en el mercado de trabajo, desde ETT, head hunters, empresas de formación y un 25% de organismos públicos (ayuntamientos, universidades, cámaras de comercio, asociaciones empresariales o de discapacitados), que han creado agencias de colocación. "El momento es muy decisivo", añade Rueda, teniendo en cuenta "cambios políticos, nuevos concursos y contratos con los servicios públicos de empleo", en síntesis una expectativa de actividad para este sector que debería consolidarse en un plazo de dos o tres años.
Los servicios públicos de empleo de las Comunidades Autónomas, herederos del desaparecido INEM, tienen externalizada la mayor parte de su actuación sobre el mercado de trabajo, y desde 2010 han perdido también el monopolio de la intermediación laboral, casar la oferta de puestos de trabajo con los demandantes. "El problema es que no hay una imagen clara de qué modelo queremos", opina Francisco Rueda, la Administración aún no ha definido claramente de qué se ocupa directamente y en qué se apoya en agentes externos. En países cercanos hay distintos modelos, por ejemplo en el Reino Unido los servicios públicos se ocupan del parado el primer año y luego lo derivan con programas específicos a empresas privadas de colocación.
Para el responsable del servicio público de empleo del Gobierno de Asturias, José Luís Álvarez, "estamos asistiendo al agotamiento del modelo que hemos tenido hasta ahora", en su opinión el sistema público "ha funcionado para lo que estaba pensado, que era pagar prestaciones", y en políticas activas de empleo repartir subvenciones para financiar actuaciones de terceros, como en formación, controlar los cursos y pagar facturas.
Álvarez señala que en este "periodo de tránsito" es imprescindible, por parte de los organismos públicos, "pasar de la lógica de la subvención a la lógica del contrato, un cambio revolucionario", exigir resultados de empleo a las entidades privadas que reciben fondos públicos, por ejemplo, para formación. Este responsable del Gobierno asturiano defiende también que es necesario reforzar los servicios públicos de empleo para que sean capaces de hacer esa transición hacia un nuevo modelo, con una gestión cada vez más transparente, evaluar los resultados y tomar decisiones sobre esa evaluación.
El diputado de CiU Carles Campuzano, en pleno proceso de divorcio dentro de su formación, ha bromeado, ha criticado el recorte de las políticas públicas de empleo durante esta crisis y defiende un equilibrio entre una necesaria flexibilidad de actuación de las empresas con "políticas de empleo potentes", como existe en los países nórdicos, en su opinión "hay que evitar una contraposición entre lo público y lo privado".
El parlamentario catalán cree imprescindible evaluar las políticas y luego tomar decisiones, apuntando directamente a la inutilidad de incentivar económicamente la contratación con fondos públicos, "las bonificaciones no sirven, no crean ningún puesto de trabajo extra, está analizado y comprobado, y aún así se llevan la mitad de los recursos públicos de empleo para jóvenes", afirma.
Campuzano defiende invertir en educación, para contrarrestar las "altísimas tasas de fracaso escolar y abandono prematuro sistema educativo", señala que el paro de larga duración tiene pocos niveles de educación, impulsar el reciclaje de trabajadores y parados y evitar que existan "altas tasas de desempleo y al mismo tiempo una demanda de trabajadores con cualificacion media y alta".
Por su parte, la diputada de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid Susana Solís apuesta también por la puesta en marcha de soluciones novedosas, como el 'cheque de formación' que su partido promueve, con el que el desempleado elegiría la formación a recibir, "algo diferente, lo que hay ahora no funciona".

Futuro: evaluación de resultados y mejor análisis de la información

Un campo apuntado como prioritario por todos los participantes en la jornada de ASDACE es el análisis de la información, el máximo conocimiento y análisis detallado de los demandantes de empleo, del mercado de trabajo, de las ofertas y necesidades, una labor que se acerca al big data, y esa tarea debiera corresponder a las administraciones y hoy no tienen la capacidad de hacerlo, en opinión del director gerente de la asociación de agencias de colocación.
"Necesitamos tecnología y digitalización, análisis de datos para predecir el grado de empleabilidad de los trabajadores", opina el analista de AFI y comparten todos los expertos aquí citados.
De todo lo anterior se podría concluir que el modelo de intervención en el mercado de trabajo está obsoleto, que se puede realizar un análisis brillante de la situación actual y aparece no obstante el desconcierto sobre cómo afrontar el futuro. El proceso en este caso es similar a la situación política en España o las perspectivas en muchos sectores económicos. El consuelo es que sin el segundo paso, un diagnóstico acertado, es imposible acertar en el tercero.

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