martes, 27 de junio de 2017

Refugiados al raso legal

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Refugiados españoles cruzando la frontera con Francia
en la Guerra Civil (BuzzFedd / Getty Images).
Cuando caen bombas se recomienda buscar refugio subterráneo, para lo que históricamente ha sido muy útil el Metro y sótanos de todo tipo; y entre bombardeos, si tu vida peligra, conviene desplazarse de ubicación.
Se ha celebrado el 20 de junio el Día Mundial del Refugiado, buena idea esto de dedicar una jornada a una causa, con la única pega que se sobrecarga ese día de contenidos, hasta el año siguiente.
Aquí ya fuera de fecha un acercamiento a los refugiados, fenómeno frecuente en la historia de la Humanidad.
Dejo aparte métodos efectistas de llamar la atención porque no está demostrada su utilidad en materia de comunicación (ahogados, moscas y niños desnutridos, el refugiado medio se parece más a nosotros que la imagen tópica del Domund). Los cálculos por minuto o por segundo impresionan pero ni informan ni se retienen.
En cualquier caso, tanto el interés como la memoria son limitados, por lo que propongo una reducción del tema a algunos elementos fundamentales, en algunos casos reducción al absurdo.
Inmigrantes / Desplazados / Refugiados
La inmigración se mueve tradicionalmente por motivos económicos, que la crisis ha rebajado y que la recuperación económica es previsible que reactive.
Otra cosa distinta, aunque aparezca mezclada con mejor o peor voluntad, son los desplazados forzados por cuestiones políticas y conflictos, que solemos denominar refugiados, aunque no lo estén.
ACNUR, agencia de Naciones Unidas, calcula en 65 millones los desplazados en todo el mundo -el doble que en 1997-, la mayor parte internos, dentro de su país (40 millones). Por economía de esfuerzos retengamos los que han cruzado fronteras: 17 millones, a éstos se refiere el resto de la columna, más otros 5,3 millones de refugiados palestinos en países cercanos, pero éste es otro problema enquistado desde hace medio siglo, al menos.
La mitad de los refugiados son menores de edad, es decir, se huye de la violencia para que tus hijos tengan un futuro.
La mitad de los refugiados viven en alojamientos individuales, no en los grandes campos de acogida que tanto atraen a los medios fotográficos, las catástrofes humanitarias son muy fotogénicas.
De dónde vienen y adónde van
Barco con refugiados españoles llegando a Southampton
en la Guerra Civil (BuzzFedd / Getty Images).
La mayor crisis de refugiados por número la provoca Siria, 5,5 millones de nacionales huidos sobre todo a Turquía, Líbano y Jordania.
La cercanía es proporcional al interés. Hay otras grandes crisis de refugiados que nos quedan más lejos.
Afganistán sigue siendo un problema de seguridad y de desplazamiento de nacionales (2,5 millones) sobre todo hacia Pakistán e Irán, lo que demuestra el fracaso de lo que allí se ha intentado desde comienzos de siglo, incluida la operación ISAF de la OTAN en la que España participó con presencia militar y en menor medida civil.
Sudán del Sur es el tercer gran foco de emisión de refugiados (1,4 millones), que se desplazan hacia Uganda y Etiopía.
Por su parte Somalia emite refugiados hacia Kenia, aunque bien es cierto que el problema de la piratería ha desaparecido, a pesar de que continúa una variada presencia militar en las aguas del cuerno de África, con objetivos por tanto diferentes a la suerte de los somalíes y de los piratas.
Conclusión: los países más afectados por la llegada de refugiados son sus vecinos, por lo que conviene que le vaya bien a los estados con los que compartimos frontera (incluida marítima).
España
Nuestro país no tiene tradición de asilo... ni voluntad política, los extranjeros acogidos con bastante éxito en los últimos años han sido inmigrantes económicos.
Resulta que la Unión Europea se comprometió en 2015 a reubicar refugiados y nos tocaron 15.000, de los que apenas ha llegado el 10%.
Según cifras de ACNUR en España hay 12.000 refugiados reconocidos y 20.000 solicitantes de asilo (casos pendientes).
Hay que reconocer su esfuerzo a un par de socios europeos. 181.000 personas llegaron en 2016 a Italia a través del Mediterráneo, mientras que la presión en Grecia ha bajado tras el acuerdo de la UE con Turquía, que retiene a los desplazados en ese país y les impide de hecho solicitar asilo en la UE. Alemania ha recibido sólo en 2016 más de 700.000 solicitudes de asilo, Italia más de 100.000.
Refugiados españoles en Francia (BuzzFedd / Getty Images).
Seguridad
La falta de seguridad en origen es la que provoca el desplazamiento de personas, mientras que en tránsito y destino es un problema principalmente humanitario.
La visión euro-española es la contraria, un problema de seguridad en nuestro suelo y humanitario en origen.
La principal respuesta al asunto es con inadecuados medios militares: la Unión Europea tiene en marcha una operación militar en el Mediterráneo -que España comandará en breve- con grandes buques de guerra que persiguen teóricamente las grandes mafias que se aprovechan del contrabando de personas, sin resultados en este aspecto conocidos, la realidad es que se dedican a rescatar náufragos a la deriva.
Los medios militares son muy caros. En Afganistán la proporción entre gasto en despliegue militar y ayuda civil fue de diez a uno.
En Oriente Próximo y Medio, las intervenciones militares occidentales y orientales, con alguna contribución local, han provocado en los últimos tres lustros la desestabilización de países, la proliferación del terrorismo internacional y las grandes crisis humanitarias que vivimos.
Refugiantes
El refugio es un objetivo que no han encontrado millones de personas desplazadas, por lo que habría que hablar de refugiantes, más que de refugiados. La mayor parte de los desplazados no ha podido siquiera presentar los papeles para solicitar asilo.
Conceder refugio no es un acto de buenismo, es una obligación legal. Queda recogido como derecho humano fundamental en el artículo 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y desarrollado en la Convención de Ginebra de 1951 y su Protocolo de Nueva York de 1967. El Estado español lo reconoce en su Constitución y lo regula a través de su Ley de Asilo, y está incluido en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea de 2007.
Refugiados españoles en Francia
(BuzzFedd / Getty Images).
No todo es negativo: buena parte de los refugiados y desplazados tienden a volver a su casa cuando se tranquiliza (medio millón en 2016); la situación en Colombia, gran escenario de desplazados internos, solo puede ir a mejor con el proceso de paz en marcha; y Europa tendrá que reaccionar con más contundencia ante la presión pública creciente y en línea con el mayor compromiso internacional que pretende y escribe en sus documentos.


Sugerencias


martes, 20 de junio de 2017

¿Norma o excepción?

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.

La normalidad es una cosa muy frágil, en seguida se quiebra, aunque necesitamos cierta sensación de que existe una sucesión natural de acontecimientos que sólo muy de vez en cuando se ve alterada.
El problema está en identificar y cómo reaccionar a la anormalidad.
Con bastante lógica, algún estudio reciente defiende que las dos guerras mundiales y los genocidios nazis forman parte nuclear de nuestra historia, que solemos definir como racional, civilizada y democrática, pero hemos ido apartando como algo extraño a nosotros "la iniciación increíblemente brutal del propio Occidente en la modernidad política y económica", un proceso marcado por la "violencia, desarraigo y destrucción a gran escala". No solo, pero el colonialismo pasado y presente están ahí.
En esta línea de pensamiento Trump no sería una excepción, un extraterrestre multimillonario salido de la teletienda e instalado en la Casa Blanca, sino que representa a una parte no menor del Partido Republicano.
Las crisis financieras, ¿son una excepción al buen funcionamiento de la economía o una parte consustancial?
En poco más de una semana hemos asistido al derrumbe del sexto banco español -mi hija, diez años, me preguntó si el Banco Popular era del Partido Popular, no supe qué decirle, no supe explicar nada coherente que enlazara al Opus, Pau Gasol y Rafael Hernando-, quiebra que se produce tras superar todo tipo de pruebas de resistencia, supervisión pública y auditorías privadas, mientras sus dos últimos y máximos responsables se embolsan unos 30 millones de euros.
El ministro de Economía difunde un mensaje tranquilizador en el sentido de que la quiebra no costará un céntimo público, pero también dijo lo mismo al comienzo de la crisis y la factura pública para salvar la banca se eleva hoy a 48.228 millones de euros. El caso Popular, ¿es norma o excepción de la banca española?
Como en un ejercicio matemático, han salido dos trenes de Madrid y Barcelona en sentido contrario y por la misma vía a toda velocidad, si sabemos que los maquinistas no han movido un dedo por evitarlo y el choque se producirá a finales del verano de 2017, ¿no habrá que pensar que la situación beneficia a las dos partes, que el PP es una fábrica de independentistas que se lo cobra en votos en el resto de España y los independentistas necesitan al PP como el oxígenos para respirar?
Si un partido político tiene imputados a todos los responsables de finanzas que lo han sido en las últimas tres décadas y los procesados militantes y excargos públicos su acumulan por centenares, esto sería ¿norma o excepción?
Se dice que nuestros militares, no se sabe si aprendido en la Academia o cosa genética, encarnan unos principios y valores excelsos y un comportamiento sin tacha, ya los 125.000 en activo ya las quince decenas de miles que han participado desde finales de los 80 en operaciones internacionales por medio mundo (muchos han repetido, no ha salido tanta gente). Sin embargo también conocemos fraudes de los oficiales del Aire cargando al presupuesto público mudanzas inexistentes, irregularidades en la gestión del Hospital Central de la Defensa, en la base aérea de Getafe, en las zonas oscuras de los grandes contratos de armamento, menudeo de hachís entre la tropa. ¿Cuál es la norma?
La normalidad es una ficción que nos permite levantarnos todas las mañanas. Pero para mantenerla es imprescindible revelarse contra lo que llamamos excepción, porque si no los genocidios, las ruinas retribuidas, el descontrol celular, el robo de dinero público, entran dentro de la normalidad e incluso la protagonizan.
Y en este caso cada vez más gente se sumará a las tendencias más peligrosas de la época: odio intenso a supuestos enemigos, intentos de reconstruir una edad de oro perdida -e inventada- y la autoafirmación a través de una violencia cruel y espectacular (esta última frase, desde los dos puntos, tomada de la solapa trasera del libro "La edad de la ira", del analista indio Pankaj Mishra, Barcelona, Galaxia Gutemberg, marzo de 2017 en su edición digital; las comillas del principio proceden también del libro).
Ante una crisis que parece generalizada, lo más sensato parece dejar de hacer lo que hemos comprobado que no funciona. Si todas las intervenciones militares occidentales en Oriente Próximo y Medio han sido en lo que va de siglo un fracaso, quizá no sepamos lo que hay que hacer, pero sí tenemos ejemplos propios a evitar.
"La única solución es dejar de hacer lo que venimos haciendo y dejar de destruir el planeta. Asumamos el pensamiento apocalíptico y démonos cuenta de que lo que estamos haciendo nos conduce inexorablemente al final", dice Mishra.
"Creo que tiene que haber un esfuerzo concertado -añade- no sólo de los pensadores, de los economistas y de los políticos, sino también de la sociedad entera, de las instituciones y de las ONG, para ir más allá de la noción del homo economicus que ha prevalecido durante el último siglo y que nos ha llevado al callejón sin salida donde estamos".
El remedio vendrá no por quienes han demostrado su incompetencia o su competencia extrema en contra del interés general.
La salud de nuestra normalidad depende de cómo se trata lo excepcional. Si no recibe trato de excepción pasa a la norma que queda contaminada de su falta de credibilidad y de expectativas.


Sugerencias


martes, 13 de junio de 2017

Ramadán karim

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Jugadores del Real Madrid -Isco (a quien parece que le han difuminado 
unos tatuajes), Casemiro, Vázquez y Ronaldo- felicitando el Ramadán 2017
 todos los musulmanes de Arabia Saudí (anuncio para la STC, Saudi
 Telecom Companypatrocinador del equipo, aquí en Youtube).
Sucede que cerca de dos millones de personas andan en España contentas celebrando el Ramadán, que como viene siendo habitual en las festividades de todas las religiones combina en diferentes dosis contenido espiritual, la alegría de los menores de edad, actividad nocturna y el calorcillo que da el sentido de pertenencia a una comunidad.
Como recordatorio, Ramadán da nombre a un mes del calendario lunar islámico (este año aquí entre el 27 de mayo y el 24 de junio), conmemora el inicio de la revelación del Corán al profeta Mahoma y prescribe abstenerse de comer -y de otros asuntos- hasta la caída de la tarde, permitido desde ese momento hasta que se distinga un hilo negro de un hilo blanco, dice poéticamente el texto sagrado, es decir, hasta que amanece.
Buen momento para refrescar datos. Como el color de piel y la confesión religiosa no forman parte en esta península de la información del censo, no así en otras democracias avanzadas, acudamos a la Unión de Comunidades Islámicas de España.
Según el último informe de la UCIDE la población musulmana en España es exactamente de 1.919.141 personas, y desde hace un par de años la nacionalidad mayoritaria entre los fieles de esta confesión es... la española (804.000), seguida de la marroquí (753.000), Pakistán (78.000), Senegal (62.000) y Argelia (61.000).
La mayor parte de los musulmanes españoles proceden de inmigrantes nacionalizados y sus descendientes, más los compatriotas de esta religión de Ceuta y Melilla, más una minoría que ha abrazado esta confesión desde otros orígenes.
El Ramadán se presta a felicitar a los musulmanes. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha difundido hace unos días un mensaje en el que reconocía "la enorme contribución de los musulmanes canadienses  a nuestro país y su papel en hacer Canadá el lugar fuerte, abierto e inclusivo que hoy es".
El expresidente Obama también tuvo la tradición de invitar cada mes de Ramadán a representantes de la comunidad musulmana a la Casa Blanca. El actual inquilino no parece dispuesto a continuar con la práctica de sus tres antecesores.
Sin llegar a tales extremos, encontramos que el ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha felicitado educadamente a los musulmanes en este mes, lógico ya que su departamento es quien tiene las relaciones institucionales con esa y cualquier confesión religiosa.
El recientemente elegido secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, también ha felicitado en Twitter a los musulmanes, para espanto de la caverna, que ha mezclado el asunto con las justificadas críticas lanzadas esta Semana Santa al ministerio de Defensa por izar la bandera nacional a media asta entre el jueves y el sábado de esa semana por la muerte de Jesucristo. Churras con merinas.
El interés de esta columna viene ahora, porque en Madrid y Córdoba -al menos- se han organizado durante estos días una serie de iniciativas culturales dirigidas a todo el mundo.
Afortunademente, como alguno pudiera temer, entre las actividades no se encuentra atar a la gente a una silla y obligarles a memorizar azoras del Corán.
El Ayuntamiento de Madrid, bajo el nombre de "Noches de Ramadán", ha elaborado un programa "en el que cabe el cine, la música, la poesía, la literatura, los homenajes, la danza y los debates, como formas de encuentro y acercamiento entre culturas".
Me atrevo a recomendar el día 23 en Lavapiés un concierto de la cantante argelina Souad Massi.
Por su parte, Casa Árabe ha organizado en Córdoba un festival cultural que incluye cine, conferencias, música, presentación de libros, visitas y hasta un concierto de jazz.
Resumiendo, el Ramadán es una ocasión estupenda para acercarse a los cercanos que no son exactamente como nosotros.
Coda final con dos consideraciones.
Una es la impresión de que el 10% de la población en España de origen inmigrante -insisto, cada vez más españoles, con los mismos derechos y obligaciones- parece que se divierten por su cuenta, se coincide en lugares de trabajo y se vive en paralelo especialmente el ocio.
La segunda es que existe un peligro de reducir a los inmigrantes a su confesión religiosa, la interlocución del Estado es con asociaciones de fieles, en las que ignoro si los ateos de cualquier origen y nacionalidad se sienten representados.
En cualquier caso, estos días nos ofrecen un motivo oportuno para acercarse y compartir actividades con los ciudadanos en España de confesión musulmana, especialmente magrebíes y pakistaníes.
Que Feliz Ramadán.

Sugerencias


lunes, 5 de junio de 2017

Campaña de comunicación en Defensa

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.


Nota de consumo interno para los distintos departamentos de nuestra agencia (creativo, financiero y de producción) sobre la estrategia de comunicación encargada por el Ministerio de Defensa. Sus responsables trasladan dos ejes y un objetivo. Primeras impresiones.
Por una parte, en los primeros contactos el cliente parece convencido de que los españoles conscientes de la importancia de la seguridad son una minoría iluminada, mientras que la mayor parte de la sociedad vive en la ignorancia y debe ser convertida a la religión verdadera.
Los responsables del Ministerio y de las Fuerzas Armadas se muestran preocupados de que en todas las encuestas la mayoría de los españoles opinan que la Defensa tiene suficiente presupuesto.
Habría que encontrar un equilibrio entre el proselitismo y argumentos más racionales.
Se nos indica también que se podría aprovechar la conciencia europeísta de la sociedad española, supuestamente elevada, para bajo ese paraguas justificar un sensible incremento del presupuesto.
Cliente: ministerio de Defensa. Plantear en próximas reuniones a sus responsables que los objetivos propuestos serían más fácilmente alcanzables si el marco de la campaña fuera la seguridad nacional, concepto más amplio que la Defensa, la factura se repartiría entre varios.
Argumento a calibrar: si se trata de seguridad nacional la coordinación y los hipotéticos réditos políticos recaerían en Moncloa (Presidencia) y Soraya Sáenz de Santamaría, en lugar del ministerio de Defensa y María Dolores de Cospedal.
Objetivo: conseguir respaldo social para duplicar el gasto en Defensa, desde los 10.000 millones de euros anuales de la actualidad hasta aproximadamente 18.000 millones, en cumplimiento de una cumbre de la OTAN de 2014 que fijaba ese objetivo en una década. Cabe matizar que el PP gobernante en cinco años no ha incrementado el presupuesto del Departamento, con los que los mensajes no es imprescindible que se correspondan fielmente con la realidad.
Eje cultura de la defensa: los responsables con los que nos hemos reunido trasladan un concepto confuso, que denominan "cultura de la defensa", que parece significar algo parecido a un apoyo incondicional a lo que se decida en el Ministerio y las Fuerzas Armadas, sea lo que sea. Por las referencias la tan mencionada cultura de la defensa podría englobar conocimiento sobre asuntos de seguridad (riesgos e instrumentos) y conciencia nacional tradicional conservadora, todo mezclado.
Eje Europa: parece irse formando un criterio compartido por responsables políticos de la derecha conservadora gobernante, de la izquierda socialista en la oposición y del extremo centro, también por parte de profsionales de la Defensa en activo con uniformidad militar y civil, en el sentido de que la única vía para justificar un crecimiento considerable del gasto militar sería enmarcarlo bajo un proyecto de Defensa europea. En contra de esta opinión cabría recordar que el apoyo ciudadano a la UE en España ha bajado treinta puntos en una década, no alcanza hoy ni el 50% y que ha cambiado la tendencia tradicional, hoy el votante de derechas se define más europeísta que el de izquierdas, consecuencia clara de la gestión de la crisis en una determinada dirección.
Público objetivo: 46 millones de españoles. La comunicación que difunde el ministerio de Defensa prácticamente desde su creación en 1977 tiene un carácter autorreferencial, el emisor y el destinatario de los mensajes coincide en su mayor parte. El núcleo duro lo forman los militares y miembros de los cuerpos policiales que junto a parientes de primer grado pueden alcanzar un millón de ciudadanos. El discurso es compartido en su mayor parte por 11 millones de personas que votaron en junio de 2016 al Partido Popular y a Ciudadanos. Por tanto, el destinatario preferente de otra comunicación serían los 34 millones de españoles restantes, siempre con el riesgo de que los mensajes para convencer a unos puedan provocar el rechazo de los otros.
Instrumentos: desde el ministerio de Defensa no se ha hecho pública ni se ha trasladado en privado ninguna amenaza de la que España carezca de medios para responder. El incremento presupuestario sería para hacer más de lo mismo, lo que evidentemente no se puede comunicar así al ciudadano. Se propone poner el acento en ciberseguridad, de total actualidad, fácilmente comprensible por el público objetivo.
Acciones: de cara a la opinión pública interna y a los contables de la OTAN se podría incrementar el presupuesto en cooperación internacional sobre la que los españoles se muestran muy favorables. La relación directa entre desarrollo y seguridad es evidente. Recordemos que el gasto español que se quiere duplicar se calcula por la OTAN y otros organismos internacionales tomando al Gobierno en su conjunto, no solo Defensa.
El presupuesto de 2016 de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo es la cuarta parte que el de 2009.
Se propone además plantear al ministerio de Defensa destinar a Comunicación el coste equivalente a un solo caza Eurofighter, en torno a 80 millones de euros, a dividir a partes iguales entre publicidad y la contratación de 500 periodistas o profesionales de comunicación.
Antes de celebrar las próximas reuniones con el ministerio de Defensa consultar con el departamento financiero de nuestra agencia sobre el cumplimiento de los objetivos de negocio este 2017. Cuanto peor sea el resultado bajar la discusión con el cliente sobre lo acertado o no de sus objetivos.

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