martes, 31 de octubre de 2017

Terrorismo incendiario (verbal)

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Con la rapidez con la que se esfuma el interés informativo y se camuflan las últimas novedades de Gürtel arrasaron a mediados de octubre más de 130 incendios devastadores en Galicia, con el agravante de que amenazaron zonas urbanas y especialmente la ciudad de Vigo.
En dos días ardieron 35.000 hectáreas, la mitad de toda la superficie quemada en España en 2016; el peor balance es la cifra de cuatro muertos.
Se sucedieron declaraciones campanudas y hasta la publicidad institucional de la Xunta habló de "terrorismo incendiario". Fuera de los contenidos pagados, el propio presidente Núñez Feijóo reconoció que durante 12 horas la situación estuvo fuera de control, que son muchas horas de descontrol.
Feijóo: "Galicia no arde, a Galicia la queman. Son terroristas". Añadió como segunda causa los fuegos que entraban desde Portugal, donde se produjeron 40 muertos y su Gobierno acaba de hacer frente a una moción de censura.
Habría que recordar aquí la indefinición internacional de terrorismo, el de Estado es difícil de encajar.
Los diccionarios dan pistas: para utilizar la etiqueta son necesarios organización criminal identificada, objetivos políticos y aterrorizar a la población como medio para acercarse al anterior. No se cumple ninguno de los tres.
Desde la fiscalía de Medio Ambiente de Galicia se reconoce que no han encontrado en años de investigación trama alguna de criminalidad organizada ni con objetivos políticos detrás de las llamas.
Dicen los expertos en el asunto que causas hay muchas y la explicación es mayoritariamente local, localizada, municipal, individual.
"Terrorismo incendiario homicida".
El resultado de la actuación policial en las semanas siguientes a los incendios ha sido de dos detenidos: un varón en Orense, se dice que ecologista, por provocar un incendio al asar unos chorizos; y una anciana en Pontevedra que quemó un rastrojo y una de las hectáreas de las 35.000 achicharradas.
Cuentan los que se dedican profesionalmente a analizar este asunto que para que se produzca un incendio se tienen que dar tres elementos: alguien que prenda la llama, combustible y unas determinadas condiciones meteorológicas.
Estas últimas fueron las peores imaginables: temperaturas por encima de los 30 grados y la cola de un huracán que excepcionalmente se acercó a la península y provocó vientos inusualmente fuertes. Aquí entra en juego la predicción meteorológica, que no es infalible pero se conoce unos días antes.
Sobre el combustible, depende del cuidado a la baja de los bosques, la escasez de ovejas y ganado ramonenando, el despoblamiento rural; y en los casos de explotación maderera se cuestiona el monocultivo de eucaliptos.
Queda quién prende la llama. El periódico digital infoLibre publica a partir de datos de Instituciones Penitenciarias que hay once personas en las cárceles españolas por delitos relacionados con incendios, la mitad condenados y el resto preventivos.
Rajoy y Feijóo, entonces en la oposición, explorando en
2006 los límites de la comunicación política.
El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente informa de que en 2016 se produjeron en España 8.817 incendios, de ellos 2.338 mayores de una hectárea.
Según la Memoria de la Fiscalía en 2016 se investigaron 486 incendios forestales y se detuvo a 51 personas. Los juicios celebrados sobre incendios ofrecieron 151 sentencias condenatorias y nada se dice de personas condenadas, que en cualquier caso no acabaron en la cárcel viendo el número de presos por este motivo.
Se menciona que la Guardia Civil y la Universidad Autónoma de Madrid llevan una década investigando el perfil de las personas que provocan incendios, sin ninguna conclusión rotunda que si existiera hubiera sido aireada para la ocasión.
La causa más frecuente de incendios forestales en España continúa siendo las quemas, tanto de residuos y restos forestales o agrícolas como regeneraciones de pasto, en más de la mitad de los casos.
Las declaraciones del presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, hablando de "terrorismo incendiario", hay que tomarlas en sentido figurado, una respuesta emocional a las llamas, aunque deberían tener consecuencias.
Se recuerda estos días la fotografía de Feijóo en la oposición en 2006, en compañía de Rajoy, con una manguera de jardín apagando el fuego que había encendido previamente al culpar a gobiernos de izquierda de negligencia forestal: "con nosotros no moría gente en los incendios, y con ellos, cuatro personas".
Un biólogo apuntaba estos días que la explotación económica de los bosques es rentable porque los incendios los pagamos entre todos, con dinero público. Añado, igual que las nucleares, en cuyos costes no se incluye el riesgo de accidente (la póliza del seguro), el desmantelamiento de centrales obsoletas y la gestión de residuos durante cientos de años.
Por tanto, si los incendios están relacionados con la política forestal, la Xunta de Galicia y el Ministerio de Agricultura tienen que dar explicaciones.
Si por el contrario en este 2017, a diferencia de años anteriores, la causa primera del monte quemado es la delincuencia organizada con fines o no políticos, el Ministerio del Interior tiene que dar explicaciones.
El terrorismo se ha convertido en la excusa perfecta para eludir la responsabilidad política. La primera explicación de cualquier accidente aéreo es el terrorismo, lo que ahorra problemas e indemnizaciones a fabricantes y operadores.
El supuesto terrorismo incendiario debería acompañarse de una estrategia de seguridad, detenidos, pruebas, condenados.
Hay que reconocer en los últimos años la patente mejora de los medios de extinción, con la muy criticada en su origen Unidad Militar de Emergencias. Parece el momento de cambiar el foco del final al inicio, atender también al proceso de radicalización de las plantas.
En esto los incendios sí comparten con el terrorismo el trabajo pendiente. Cuando el peligro acecha hay que apagarlo, pero en su origen hay mucho que hacer, en la raíz.
Y la mayor parte de las radicalizaciones comienzan con la palabra.

Sugerencias



martes, 24 de octubre de 2017

Lógica difusa para Cataluña

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital. 
La independencia política y la capacidad profesional te lo tienen que reconocer los demás, existe en relación con otros. Hay que ser muy necio para regodearse en el pensamiento en solitario a plena luz del día, de noche es otra cosa. Por tanto, dependemos del resto de la especie para casi todo.
Ante el proceso independentista en Cataluña parece que fiamos nuestras esperanzas a la presión de los mercados y de las empresas, a la obsesión económica que el tópico adjudica a los catalanes y a la caída del caballo de la burguesía conservadora con la que se identifica a la antigua y actual Convergencia i Unió. Nunca imaginamos que se fuera a depositar la fe sobre el futuro del país en el Banco Sabadell y Pastas Gallo, hasta el momento se pensaba que tomaban sus decisiones por exclusivas razones de rentabilidad económica.
Bien es cierto que con la crisis descubrimos que la economía no es una ciencia exacta.
El último premio Nobel de Economía ha reconocido el trabajo del economista norteamericano Richard H. Thaler, por su contribución a la economía del comportamiento, es decir, la incorporación de la psicología a la ciencias económicas.
De su trabajo se deduce que existen desviaciones sistemáticas del comportamiento racional por parte de los agentes económicos, el impulso se impone a menudo al raciocinio en las decisiones económicas.
Thaler ha declarado que tratará de gastar el millón de euros del premio "de la forma más irracional posible".
Como el economista premiado tenga razón, las decisiones de Bimbo y del administrador de loterías La Bruja de Oro no predicen correctamente lo que puede ocurrir en las próximas semanas en Cataluña.
Entre vídeo va y vídeo viene del proceso independentista, carta va y carta viene, actuación judicial inoportuna y las que vendrán, otro argumento frecuentemente utilizado hace referencia a la necesidad de evitar la humillación de los catalanes, ya sea por golpes de porra antidisturbios o por otros métodos más sutiles como las declaraciones de vicesecretarios del PP o delegados del Gobierno en algunas Comunidades Autónomas.
Sorprende la aparición de este término, humillación, que está relacionado con el orgullo, el amor propio, el honor herido, circunstancias todas opinables y en cierto punto gaseosas. La humillación y el honor recuerdan a guantes arrojados a la cara de varones con el estómago lleno y la cabeza vacía que se retan a duelo de pistola en una alameda a las afueras de la ciudad de madrugada.
Salvo que la nueva política acabe imponiendo los sentimientos como argumento primero y último, el que ha sido hasta el momento el gran motor de la historia ha sido la frustración, la "imposibilidad de satisfacer una necesidad o un deseo".
La frustración es más objetivable que la humillación y detectable en pruebas de laboratorio, es la ocupación militar que supone cualquier experiencia colonial; es el reclamo de participación política y progreso económico con el que arrancaron las primaveras árabes (nada de religión), la frustración surge por derechos o condiciones concretas que se nos han hurtado y defendibles ante un tribunal.
Tenemos hasta aquí economía irracional (que incluye el reparto de beneficios y la precariedad laboral); tenemos la humillación que se trata de evitar y la frustración de la que nadie habla porque no existe ausencia de libertades y represión como la que denuncian los vídeos independentistas (en el último de estilo ucraniano ha bajado mucho el nivel).
Otro personaje a quien seguir la pista es un ingeniero electrónico irano-norteamericano fallecido recientemente, Lotfi A. Zadeh, el padre de la lógica difusa (o borrosa, fuzzy logic). Debemos a sus investigaciones matemáticas el manejo de conocimientos imprecisos e inciertos. "Observó que complejidad y precisión son propiedades inversamente proporcionales, es decir que a medida que aumenta la complejidad de un problema, disminuye la posibilidad de analizarlo en términos precisos", dice alguna de sus necrológicas.
Concretando algo más, de sus trabajos que fueron mal recibidos por sus colegas y adaptados con entusiasmo por la industria de consumo y el márketing, aparecen conjuntos difusos como “las mujeres de mediana edad”, el de “ropa muy sucia” que maneja una lavadora inteligente, o el de “vehículo delantero demasiado próximo”. Trabajó en reducir la brecha entre el mundo real con todas sus imprecisiones y la precisión de las matemáticas clásicas. "Los humanos tienen una capacidad asombrosa para razonar con conjuntos difusos (citaba ejemplos como hombres altos, mujeres hermosas, coches rápidos)", trató de acercarlo a las matemáticas y luego ha tenido su aplicación en multitud de productos de consumo. Comentaba que sus investigaciones tuvieron una más rápida y mejor aceptación en países asiáticos como Japón, más sensibles a los matices de gris entre el blanco y el negro que en occidente.
El diputado de ERC en el españolísimo Congreso de los diputados Joan Tardá ha declarado en algún medio que nunca su generación había siquiera imaginado que podría llegar tan lejos en sus ansias independentistas, lo que convierte el asunto en justificación de una biografía.
En este último caso poco podrán hacer Catalana de Occidente o Aguas de Barcelona (Grupo Suez), la efectividad policial, la oportunidad judicial, no hay salida al desastre.
Si se acaba imponiendo la lógica difusa, tenemos aún esperanza.
Cuenta la Fundación BBVA, que premió al ingeniero borroso en 2013, respecto a una cuestión que siempre suscitaba preguntas, su nacionalidad, que era fácil relacionarla con los conjuntos difusos: Zadeh, que tras licenciarse en Ingeniería Electrónica en la Universidad de Teherán en 1942 emigró a Estados Unidos, fue ciudadano estadounidense pero conservó la nacionalidad iraní. En una entrevista respondía: “No se trata de si soy estadounidense, ruso, iraní o azerbaiyano. Todas esas gentes y culturas han influido en mí, y me siento bastante cómodo entre todos ellos”.

Sugerencias

  • Coerción para todos, por Enric Juliana (La Vanguardia, 23-10-2017). El 155 se socializa: aviso del PP a los vascos, toque al Gobierno de izquierdas de Castilla-La Mancha.
  • Mejor juntos, por Ignacio Urquizu (El País, 18-10-2017). "Se puede querer a España sin ser de derechas, de la misma manera que se puede querer a Cataluña sin ser independentista".
  • The Nobel Prize in Economic Sciences 2017.
  • Fundación BBVA - Premio Fronteras del Conocimiento a Lotfi A. Zadeh.

martes, 17 de octubre de 2017

Rajoy y la continuidad de España

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
"España va a seguir siendo España y lo va a seguir siendo durante mucho tiempo", Mariano Rajoy Brey, presidente del Gobierno, en entrevista para El País de 8 de octubre del año de nuestro Señor 2017.
La frase se produce necesariamente en un momento en el que peligra la unidad nacional, si no carecería de sentido, y la pronuncia quien es presidente del Gobierno desde hace cinco años del país donde se produce una amenaza seria a la unidad nacional.
El autor pretende ofrecer seguridad al lector, control sobre la situación y continuidad, ese gerundio y la repetición de "seguir siendo" trasladan una idea de que las cosas van a permanecer más o menos como hasta ahora durante un plazo prolongado.
Tranquilos, que estoy yo al mando y la cosa no va a cambiar, se nos viene a decir como en un dogma de fe. Confianza y duración.
"Seguir siendo" es una perífrasis verbal, en la que el verbo principal tiene forma no personal y es el infinitivo "seguir", ahí está el significado; la segunda parte "siendo" es auxiliar y no añade demasiado.
Cuando Amaral canta "salir corriendo" el gerundio sí añade información, en el caso de Rajoy "seguir" y "España" son los que llevan la carga de la frase.
A partir de aquí todo son dudas.
Rajoy no explica a qué España se refiere, la que va a continuar. Reconozcamos que el nombre tiene dos milenios de historia, pero es un referente que más allá de la geografía tiene un contenido diferente si lo analizamos hace 2.000, 1.000, 500 años, 200 ó 40 años, porque entendemos que no se refiere a un nombre geográfico, sino a una entidad política con personas dentro.
Personalizando el asunto, la idea de España es absolutamente diferente en las cabezas de Viriato, Adriano, Recaredo, Abderramán tercero, Alfonso octavo, el décimo, Felipe segundo, Carlos segundo, Felipe quinto, Alfonso trece, Azaña, Franco, Fraga, Suárez primero, Felipe González, Pablo Iglesias el segundo..., ideas diferentes entre sí y diferentes entre las de ellos y sus porqueros.
Se puede prever que dentro de unas décadas la España que sea será en algo diferente a la actual, como ésta ha cambiado sustancialmente en comparaciones digamos con la de 1974 ó 1977.
En los últimos cuarenta años España ha cambiado tanto que entonces te podían fusilar por tus ideas políticas. En ese plazo el PIB se ha más que duplicado, el gasto público en sanidad o educación se ha multiplicado por diez (también la deuda pública); el porcentaje de población con estudios universitarios se ha multiplicado por ocho. Todo eso ha cambiado el país y la mentalidad política de sus habitantes.
Que va a existir algo llamado España en el futuro es una obviedad, que sea exactamente como hasta ahora es improbable; y dependerá principalmente de los españoles y su voto, del acierto de sus responsables políticos y de circunstancias que hoy ni imaginamos porque serán nuevas, como la llegada de la informática, de las palomitas para microondas, del teléfono móvil, los aerogeneradores o Trump.
Con perspectiva histórica, se dice que el principal factor de construcción de naciones han sido las guerras y el azar de las decisiones de sus gobernantes absolutos; la violencia y el poder hoy están más repartidos que en el pasado.
Tan sorprendente como la frase objeto de análisis es que el presidente Rajoy apunta a Europa como el proyecto político ilusionante, de futuro, al que todos los españoles deberíamos dedicar nuestros mejores esfuerzos, incluidos los catalanes independentistas.
Se entiende por tanto que trabaja en ese objetivo, también podría decir que "Europa va a seguir siendo Europa y lo va a seguir siendo durante mucho tiempo", pero tampoco sabemos a qué Europa se refiere el presidente. Europa existe geográficamente como península occidental de Asia desde hace 50 millones de años, desde los griegos clásicos viene a referir el territorio al norte del Mediterráneo, sin mucha concreción, políticamente desde Carlomagno hace un milenio, interpretando de forma generosa la larga lucha por controlar la Cristiandad, que era el concepto político.
Desconocemos la opinión del Gobierno, del Partido Popular y de su doble presidente sobre la necesidad o no de que la UE refuerce un pilar social sin el cual el edificio es políticamente inestable e increíble para el ciudadano; desconocemos la opinión de los tres sobre la viabilidad de un ejército y una defensa europeos, avanzando necesariamente a costa de una cesión de soberanía en unos tiempos en los que triunfa el populismo y el nacionalismo ultra y excluyente.
Por concluir, España y Europa podemos decir que seguirán dando nombre geográfico a una parte del planeta durante mucho tiempo, tiempos geológicos que se miden en millones de años.
En ocasiones, y éste es el caso, utilizamos las mismas etiquetas para referirnos a la geografía y a la política.
Políticamente España no es difícil aventurar que no va a seguir siendo la misma no ya a largo, sino a medio y a corto plazo, y en este sentido va la reforma constitucional cuyo proceso acaba aparentemente de arrancar por iniciativa política del PSOE.
Si este proceso de reforma transcurre según lo previsto la España política no va a seguir siendo la misma en el futuro, sino que va a ser mejor, pues su estructura institucional va a estar mejor adaptada al momento actual y a lo que piensan hoy los ciudadanos.
Por tanto Rajoy se quedó corto con la frase de la entrevista, no en el tiempo que durará España, sino corto en el contenido político y en el optimismo.

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martes, 10 de octubre de 2017

'Performance' independentista

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Cualquier proyecto político se defiende en el terreno de la comunicación, en 2017 principalmente en el terreno de la comunicación; y dando una vuelta a la frase casi todo lo que nos llega por medios tradicionales y electrónicos tiene una intencionalidad política (y/o comercial), dicho esto sin ninguna connotación negativa.
Salvando todas las distancias, el terrorismo hoy internacionalmente más practicado utiliza la comunicación como una herramienta prioritaria, el barbudo con cámara es tan importante o más que quien sostiene el kaláshnikov; consuela que tampoco son infalibles, como lo muestra la reiteración de reivindicaciones falsas, incluida la matanza en Las Vegas.
El referéndum ilegal celebrado en Cataluña el 1 de octubre tuvo dos éxitos indiscutibles, su objetivo real no era un resultado que no había ni capacidad ni interés en escrutar, tenía dos objetivos instrumentales que eran la internacionalización del proceso y una excusa para la posterior declaración unilateral de independencia.
Objetivos cumplidos. Las cargas policiales ocupan toda la prensa internacional, se debate sobre la independencia en el Parlamento Europeo, se pronuncian porque se les pregunta y responden presidentes y primeros ministros de medio planeta, se habla de mediadores. Al hilo de esto, que el tema saliera en la rueda de prensa en la Casa Blanca en la visita de Rajoy en septiembre fue por supuesto una torpeza de comunicación (hay que decir eso de que somos líderes mundiales y no tratamos hoy asuntos domésticos, que es un tanto patético y cabrea a los periodistas, pero se olvida pronto).
La calidad de las viñetas políticas sobre Cataluña en la prensa internacional va preocupantemente en aumento. En España, El Jueves y Orgullo y Satisfacción le dedican su último número.
La sorpresa es relativa, en las diadas y grandes concentraciones independentistas, aparte de exagerar el número buscando un récord histórico como hace todo el mundo, se organiza una coreografía de volúmenes y colores para mayor plasticidad de las fotografías aéreas.
A veces da la sensación de que más que la independencia, poco probable o al menos difícil, lo que desean es comunicar su independencia.
Aunque corran el riesgo lejano de llevarse un porrazo, los niños y ancianos son una apuesta segura en cualquier concentración política, a poder ser alegres, no cabreados.
Concursos de ronquidos, vigilia pascual antes de votar, los manifestantes parecen clones felices compartiendo camiseta y bandera reluciente... La gallina franquista y el Cara al sol hay que echarlos a patadas no sólo por ideología, sino por comunicación. La persona que repartía banderitas de España en la última fiesta de la bicicleta en Madrid no madrugó, eran de papel y pequeñas, cutres.
La reacción a los inventos sobre violencia policial, abusos sexuales de la policía (ay Colau!), dedos rotos, centenares de heridos, suele llegar cuatro días tarde y la comunicación reactiva siempre es menos efectiva.
Tras asesinar a la senyera, la estelada es el símbolo de un proyecto político rupturista e ilusionante para muchos; la bandera española, al margen del fútbol, tiene otros significados diferentes, muchos de pasado y no carga con suficientes elementos de cambio, al menos hasta que alguien no nos concrete un proyecto político de futuro.
Nos cuenta Europa Press que el número de personas que juran bandera (española) se ha multiplicado por ocho desde 2010, se ha pasado de 1.700 a 14.000 el año pasado. Varios ayuntamientos del Partido Popular en Madrid, curiosamente afectados por casos de corrupción, reparten la enseña de forma gratuita a convecinos convencidos del nacionalismo textil, que no fiscal o laboral o social. La intencionalidad política de lo anterior es evidente, no así su efectividad más allá de los límites del término municipal.
Cualquier aficionado a la comunicación sabe que el ideal es conseguir un equilibrio entre contenido y formato, no suelen funcionar por separado; entre lo que se dice, la puesta en escena y el público al que uno se dirige que es el destinatario y nunca conviene olvidar.
En el caso del mensaje a la nación del rey Felipe no funcionó ni el conjunto ni las partes, ni el contenido sin propuestas de futuro ni el formato ni la puesta en escena, el movimiento de manos no se correspondía con los mensajes y se le movía el butacón. ¡Cuánto daño está haciendo el movimiento descontrolado de manos a la credibilidad de la política!, bastante más que Carmena a la Navidad.
El Gobierno central parece haberse independizado de una estrategia de comunicación y cuando ésta no existe suele significar que lo que no existe es estrategia, o es tan equivocada que sus responsables parece que no comparten tiempo y espacio con el ciudadano.
La combinación de abogados del Estado y fuerzas de seguridad no han encontrado aún la forma de comunicar eficazmente sus mensajes. Desde que Rajoy llegó a la Moncloa hace más de cinco años les había dado tiempo a matricularse, cursar y licenciarse en Periodismo o Comunicación Audiovisual.

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martes, 3 de octubre de 2017

Yihadismo juzgado

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
La detención este mes de septiembre de un sospechoso de liderar una célula yihadista en Melilla que era militante activo del Partido Popular, hasta muy recientemente, ilustra la complejidad de los procesos de radicalización y la dificultad de luchar contra un terrorismo que como otras muchas cosas está fragmentado.
Para intentar huir del vuelo corto de los prejuicios en la explicación de ciertos fenómenos sociales y criminales podemos anclar el comentario en datos.
Sobre delincuencia y actividad judicial en septiembre se difunde un documento de interés que lo recopila.
Septiembre es mes de vendimia, también de castañas locas por las aceras, y de apertura de año judicial o académico, actos en los que el gremio se muestra encantado de haberse conocido y pide más medios normalmente materiales y legislativos a un tercero.
En la apertura este 2017 del año judicial, que califican de solemne los convocantes, abundan las puñetas y escasean las mujeres; y se acompaña de la Memoria de la Fiscalía en este caso con información correspondiente a 2016, repleta de datos y glosas.
La actividad judicial registra con una cierta distancia temporal la evolución de la delincuencia (también lo hará en el proceso independentista en Cataluña), pero en cualquier caso es un buen reflejo de la criminalidad de todo tipo, también la yihadista.
En la introducción de la Memoria, el fiscal general del Estado, José Manuel Maza, enmarca un asunto espinoso: "Las investigaciones, siempre complejas y de gran dificultad jurídica, por la propia naturaleza de las actividades investigadas y los medios empleados en su ejecución (internet, redes sociales) alcanzan este año a los novedosos tipos penales introducidos por la Ley Orgánica 2/2015 (adoctrinamiento y adiestramiento pasivos, autoadoctrinamiento y autoadiestramiento, traslado a territorio extranjero controlado por grupo terrorista) con la exigencia de articular una respuesta legal que sea capaz de combinar la eficacia preventiva en la actuación contra la amenaza terrorista con el respeto a las libertades y garantías constitucionales del Estado de Derecho".
Ya en el cuerpo de la Memoria se detalla que "la reforma del Código Penal, en relación con los delitos de terrorismo, ha incorporado al texto punitivo nuevos instrumentos penales con el propósito de adaptar nuestra legislación a las iniciativas internacionales que han surgido para hacer frente al enorme problema que en estos momentos representa el terrorismo internacional yihadista para la seguridad de nuestras sociedades. Hoy se puede decir que este terrorismo es la mayor amenaza a la que se enfrentan las democracias occidentales".
¿Nuevos instrumentos penales? "El problema que plantea este nuevo terrorismo es la capacidad de extender su ideología a miles de seguidores, debiendo centrarse las labores de información, policiales y judiciales en evitarlo, pues de lo contrario un ejército de hombres y mujeres pondrán sus mentes y cuerpos a disposición de la «causa» a través de canales sencillos y amplios: las redes sociales. Internet con sus foros y páginas web desde finales del pasado siglo ha sido la más eficaz herramienta de propaganda y captación yihadista. Los principales líderes de Al Qaeda comprendieron su potencial. Ahora, la organización terrorista del Estado Islámico ha encontrado en las redes sociales un canal de distribución inmediata y universal de propaganda. La idea de la «yihad global» se ha materializado".
¿Puede concretar un poco más? "Durante el año 2016 se han comenzado a enjuiciar hechos acaecidos tras la entrada en vigor de la reforma del Código Penal en materia de yihadismo, lo que ha determinado la valoración de los nuevos tipos penales y su aplicación. Lo más importante en cuanto a la doctrina utilizada por las Salas, además de las condenas conseguidas, está en la figura del enaltecimiento, que se aprecia como un paso necesario y previo a la radicalización y a partir de él y en ese tránsito se discurre hacia el autoadoctrinamiento, el adoctrinamiento activo y, finalmente, a la integración o pertenencia".
¿Y cómo afecta todo esto a la actuación policial? "En España, desde mediados del año 2014, las operaciones antiyihadistas se han centrado en la desarticulación de células de captación, adoctrinamiento y envío de operativos a zona de conflicto. Se ha perseguido y persigue la actividad terrorista individual. Internet y las redes sociales son investigadas, analizadas y perseguidas cuando se utilizan como espacio virtual terrorista o bien como su herramienta de comunicación".
Bueno, entonces se han mejorado instrumentos y se va conociendo mejor el objetivo, bien, ¿no? "Parece evidente que si la lucha contra el terrorismo yihadista ha obligado a reforzar e incrementar de manera significativa los servicios antiterroristas (tanto policiales como de inteligencia) es absolutamente necesario, por idénticas razones, potenciar los recursos humanos y las capacidades del sistema judicial".
Pero esto yo ya lo he oído antes, por lo que leo en el anuario judicial es "algo que no se ha producido en los últimos años pese a las reiteradas manifestaciones públicas en este sentido que han vinculado la creación de nuevas plazas en la plantilla orgánica del Ministerio Público con el reforzamiento de la lucha contra el yihadismo. Esperemos que dichos deseos a lo largo del año judicial que tenemos abierto se conviertan en realidad".
Esperemos.
Por no extender en exceso este relato del anuario judicial, subsección yihadismo, vayamos a los números: "El año que acaba de terminar (2016) deja 70 detenidos, 104 presos por terrorismo yihadista y 11 juicios celebrados, de los que derivaron 10 sentencias condenatorias con 24 condenados por terrorismo yihadista".
Éstas son las cifras que enmarcan esta modalidad delictiva.
Hablando de terrorismo, siempre es interesante sólo mencionar que un fenómeno como el de ETA, que finalizó exactamente el 20 de octubre de 2011, aún genera actividad judicial, y el año pasado fue protagonista de 49 sentencias con 85 condenados.
Otro asunto de interés son las absoluciones, que alcanzaron la cifra de 24 personas (lo que supone un 17% de los enjuiciados por terrorismo), 23 de ellos en relación con el terrorismo de ETA.
Por ver la evolución, la síntesis de la actividad policial y judicial contra el terrorismo yihadista en España según la Memoria de la Fiscalía un año antes, en 2015, ofrecía 94 detenidos (69 en España). Se dictaron tres sentencias, con 13 acusados que fueron los 13 condenados. En 2014 la Memoria señalaba dos condenados por terrorismo internacional yihadista.
En resumen: endurecimiento de la legislación; frontera resbaladiza entre prevención del delito y respeto a los derechos fundamentales; redes e internet como ámbitos prioritarios; detenciones en momentos muy iniciales de la actividad terrorista, incluso antes de la radicalización; desproporción entre detenidos y juzgados; enaltecimiento del terrorismo como delito mayoritario (bajo esta figura entraron los titiriteros); dos docenas de condenados, el doble que un año antes, aunque las principales cifras parece que se estabilizan; y bajada aparente de las absoluciones en los juicios de los sospechosos detenidos y publicitados por los cuerpos policiales.

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